1. Mi primer cliente como puta fue un viejo fetichista (I)


    Fecha: 17/04/2018, Categorías: Fetichismo Sexo con Maduras Autor: MariaDream, Fuente: CuentoRelatos

    ... traje negro, corbata, y zapatos, como si se dispusiese a ir a alguna celebración. -Adelante -Me invito a pasar, procediendo a entrar sin decir nada. Tras llegar a la estancia principal, ambos nos sentamos un sofá, quedando él a mi vera, rozando siempre su pierna con la mía. Permanecimos así un buen rato, a la vez que manteníamos una conversación trivial acerca de nuestras vidas. Tras más de dos horas, el hombre se levantó, sacó el dinero acordado de su billetera, y lo colocó sobre la mesa. -Es hora de empezar, por favor, me gustaría que no hablases, y sólo hicieras lo que yo te pida. Asentí con la cabeza, algo nerviosa, y con miedo a lo desconocido. -Por favor, acude a la habitación del fondo, y vístete con la ropa que he dejado preparada. Siguiendo sus órdenes, llegué a la habitación. Sorprendida, me encontré con un uniforme escolar, una camiseta ajustada, una falda verde bastante corta, que apenas cubría mis glúteos, unas bragas blancas sin ningún estampado. A su lado, unos calcetines blancos, y unos tacones rojos. Procedí a quitarme la ropa, dejando mi tanga rosa sobre la cama, y procediendo a ponerme la ropa que él me había dejado. Sonrojada, salí al salón principal, donde él se encontraba sentado, en la misma posición, y con el pene fuera del pantalón, el cual aún se encontraba flácido. -Verás, simplemente voy a pedirte que actúes para mí mientras yo me masturbo, no te preocupes por nada, no voy a tocarte en absoluto, sólo obedece mis órdenes. Sin saber qué hacer, ...
    ... acepté, y me dispuse a esperar la primera orden. -Quítate las bragas, lámelas, y colócalas sobre mi pene suavemente. Avergonzada me agaché, quitando mis bragas lentamente, y tras tragar saliva, las llevé a mi boca, comenzando a lamerlas a la vez que el hombre comenzaba a masturbarse. Segundos después, me acerqué al caballero, dejando las bragas caer sobre su pene lentamente. El siguió masturbándose, a la vez que me dijo: -Ahora, ponte a cuatro patas delante de mí y levanta tu falda, como una perra. Simultáneamente, el hombre sacó una piruleta de su bolsillo. Cuando me coloqué a cuatro patas delante de él, se inclinó hacia delante, y tras olfatear mi vagina, lentamente introdujo el caramelo analmente, el cual, debido a su grosor, noté con algo de dolor. Lentamente, comenzó a masturbarme analmente, a la vez que con la otra mano, y con una fuerte respiración, masturbaba su pene ya erecto. Tras permanecer así más de 10 minutos, llegó su siguiente orden. -Quiero que recorras la habitación, a cuatro patas como una perra, y que en cada una de las esquinas te orines, abriendo bien las piernas para que pueda verlo. No podía comprender por qué me estaba pidiendo aquello, no que clase de placer encontraría en verme realizar aquel acto, pero no tenía más remedio que aceptarlo y obedecer. Fue así como comencé a recorrer la estancias, haciendo parada en cada una de las esquina, en las cuales, abriendo mis piernas y con el culo en dirección al hombre, comenzaba a orinar. -Perra, perra, perra -Se ...