1. La noche boca abajo


    Fecha: 18/04/2018, Categorías: Primera Vez Sexo en Grupo Voyerismo Autor: sandritamdq, Fuente: xHamster

    La noche boca abajoCuando recuperé la conciencia noté que estaba boca abajo, tendida en una cama, los brazos y piernas abiertas, atadas mis muñecas y tobillos. Sentí que me encontraba desnuda, totalmente expuesta. Tenía una venda sobre los ojos que me impedía ver alrededor.Había un almohadón bajo mis caderas, lo que provocaba que mi cola estuviera levantada en el aire. Sentía mi concha húmeda y dolorida, señal de que alguien ya me había estado penetrando mientras me encontraba inconsciente.Suspiré e intenté moverme, pero las ataduras lo impidieron. Entonces pude oír una gruesa voz desconocida: “Por fin te despertaste, putita”.Alguien se acercó respirando pesadamente y comenzó a acariciar mis piernas, subiendo por los muslos hasta mi ya castigado pubis. Metió un par de dedos en mi concha dilatada mientras suspiraba: “qué linda conchita, bien caliente y mojada como a mí me gusta”. “Ahora que despertaste, es mi turno; yo quiero oírte gritar de dolor mientras te cojo”, dijo, a la vez que subía a la cama y se ubicaba entre mis tobillos.Traté de pensar cómo había llegado a esta situación, donde un perfecto desconocido se preparaba para cogerme y algún otro ya lo había hecho antes. Recordaba vagamente estar en el boliche bailable, había ido con un par de amigas pero un chico se acercó para llevarme a bailar. Recordaba que me apretaba contra su cuerpo y podía sentir una gran verga erecta rozar mi tanga a través de mi vestido corto. Luego me había invitado unos tragos; seguramente ...
    ... puso algo en mi copa que me hizo casi desmayar. También podía recordar estar dentro de un auto, mientras oía voces y varias manos tocaban mi cuerpo.Salí de mi ensoñación al sentir que una enorme y dura pija se abría paso dentro de mi dolorida concha, entrando hasta el fondo con facilidad, gracias a la dilatación y a lo lubricada que ya estaba.Mi atacante se quedó quieto unos instantes, disfrutando de cómo mi concha aceptaba gustosa su verga y luego comenzó a moverse cada vez más rápido, casi diría con furia, entrando y saliendo de mi cuerpo con toda su potencia, como si quisiera castigarme. Le pedí que me cogiera más despacio, que me dolía, pero entonces redobló su ímpetu y la velocidad con que me bombeaba. Me tomó por los cabellos y llevó mi cabeza hacia atrás, para gritarme al oído: “te gusta, putita, de veras te gusta cómo te estoy cogiendo, no?” “Voy a hacer que grites más fuerte, hasta que me pidas que te coja con más fuerza”, me espetó.Por suerte duró poco, ya que en menos de cinco minutos sentí que el muy bruto arqueaba la espalda, aullaba como poseído y derramaba todo su semen dentro de mi castigada concha. Descansó unos instantes sobre mi espalda y luego se incorporó, comenzando a retirar su todavía endurecida verga.En ese momento se abrió una puerta y alguien entró. Al hablar reconocí la voz; era el chico que me había levantado en el boliche. Seguramente era el mismo que me había cogido antes mientras me encontraba sin sentido.Dijo simplemente a su amigo: “Le dejaste ...
«12»