Lo que hubiera sido (2ª parte)
Fecha: 20/04/2018,
Categorías:
Hetero
BDSM
Autor: Cold_P, Fuente: CuentoRelatos
... creo que mi “amigo” despierte –le dije y señalé con mi cabeza dormido instrumento– está cansado. Lo he sobretrabajado un poco… - ¿Y si lo despierto? –imploró con el tono de una chiquilla que ruega por un dulce - ¿En serio todavía tienes ganas? –pregunté asombrado por su calentura y, si hubiera tenido a mi mano una pastilla azul, con gusto la habría tomado para taladrarla, pues me encontraba agotado - Tengo que aprovechar… -dijo sobando mi pecho para después contonearse descaradamente ante mí y acariciarme por todos lados. Acto seguido, se hincó ante mí y comenzó mamar, chupar y estrujar amigablemente mi verga. Me rendí al placer que me proporcionaba su boca y sus caricias, pese a que mi pene no despertaba. Estuvo así cerca de 5 minutos, pero me avergüenza reconocer que no logré una erección. Ni siquiera una semi… estaba muerto. Ella notó mi turbación y me miró con una comprensión y ternura como nadie lo había hecho hasta ese momento. En ese instante, me volví a enamorar de ella. - No te preocupes –me dijo comprensiva. No era condescendencia ni lástima, sino comprensión pura. No había ningún reclamo en su voz, ningún deje negativo. Es más, su felicidad no había menguado en lo más mínimo y eso hizo que la amara cada vez más, si eso era posible.– Así sólo me hubieras cogido una vez, para mi eres todo un semental… Mi semental… - Déjame devolverte el favor –le rogué y la hice acostarse en la cama. Me enorgullece decir que mis labios, dientes y lengua la hicieron acabar diez ...
... minutos después. Y así fue como terminó nuestra pequeña salida al puerto de Veracruz. Un lugar que actualmente se encuentra sumido en una profunda crisis, pero que para mí siempre guardará un aire de encuentros, de propuestas y de perdón. Elena me había dicho que sí y eso, era lo único que me importaba en el mundo. Sin embargo, tenía un camino, al menos, terriblemente complicado. Pese a haberlo considerado largamente, aun evitaba anticiparme a la perturbadora situación de hacer pública nuestra unión. Todo lo que implicaba dar a conocer a nuestros familiares y amigos la dichosa noticia resultaría, como mínimo, incómodo. Aun así, había que poner buena cara al mal tiempo y aunque Elena protestó, debido a que ansiaba dormir, tuvimos una plática muy profunda durante la mayor parte del trayecto de regreso a la ciudad y, de la cual, decidimos algunas cosas en relación a nuestra reciente decisión de unión. Estábamos discutiendo esos detalles cuando por fin llegamos a la Roma antes de que muriera la tarde. Hubiésemos continuado fraguando nuestra idílica unión de no ser por la figura que se encontraba a la puerta de su casa. Debido al “big brother” en el que se han convertido las redes sociales, había investigado un poco y, cuando vi al hombre que esperaba la llegada de mi futura esposa, se formó en mi estómago un inmenso hueco que me sabía amargo. Eduardo, alias “Lalo” (nombre ficticio… ya que el tipo lleva por nombre el de un difunto cantante de ´banda´ o ´norteño´) era el novio de Elena ...