Luna de miel adelantada
Fecha: 21/04/2018,
Categorías:
Confesiones
Hetero
Autor: Muñequita sexy, Fuente: CuentoRelatos
... “ahhhhhhhh” se escapó de entre mis gemidos, comenzó con círculos suaves y lentos fue aumentando hasta que me arranco el primer orgasmo de la noche. Yo quería sentirlo dentro de mí, y entre besos y caricias se posiciono entre mis piernas, rozaba con la punta de esa riquísima verga mi clítoris que ya estaba súper hinchadito, llegó al punto donde ya no hay retorno, estaba en la entrada de mi vagina que chorreaba de ganas de ser penetrada, yo sabía que me iba a doler pues me había estado portando muy bien durante un muy buen tiempo, introdujo solo un poco y dolió, él lo notó y me preguntó si quería que se detuviera, lo miré y le dije que no deseaba más nada en ese momento que sentirlo dentro, me besó y la metió toda de un empujón, no pude gritar porque me estaba besando, que verga, que rico. Él sintió como empecé a darle pequeños apretones a su verga con mi vagina y comenzó a meter y sacar, era rico, duro, rápido, hasta adentro, que verga tan rica me estaba metiendo, yo rodeaba su cadera con mis piernas y mis pechos rebotaban con cada metida, no tardé en tener un segundo orgasmo, ...
... que cosa tan rica, este gringo sí que me estaba haciendo gozar. Me levanté para ponerme en cuatro, me encanta que me cojan de perrito, él tomó su verga y hasta el fondo me la metió, sentía como mis nalgas rebotaban con cada metida, mis pechos se movían al compás de cada cogida, era tan gruesa su verga que sentía como rozaba en cada borde y pliegue dentro de mi vagina, yo estaba gritando de placer, el masajeaba mis nalgas y me tomaba de la cadera y me la metía súper duro y me vine una tercera vez, me dio que me volteara y tomo mis pechos con las manos y comenzó a meter su verga entre mis pechos que rico se veía salir esa verga entre mis pechos y yo le daba lengüetazos cada vez que salía, lo miraba a los ojos y de pronto sentí como se contraía, empezó a gemir y soltó chorros de blanco y espeso semen, cayó en mi cara, cuello y pechos, lo que cayó en mis labios lo tragué, lo demás con una toalla lo limpié, nos recostamos y me quede dormida en sus brazos, nos quedaban cuatro días para disfrutar nuestra luna de miel de una boda que por cierto nunca se realizó, pero que bien la pasé.