Mi confesion - Relatos Eróticos

Mi confesion

La historia de Luis y yo es un viaje emocional y sensual que explora los límites de la pasión y la intimidad en una relación a largo plazo, en un entorno donde la tradición y la conservación son la norma. Provenimos de una pequeña ciudad en el sureste del país, donde las calles empedradas y las casas coloniales parecen haber detenido el tiempo. Es un lugar donde todos se conocen, donde la familia y la religión son los pilares de la sociedad, y donde la moralidad y la decencia son valores sagrados.

Soy Jazmín, una mujer fuerte, cariñosa y trabajadora, el corazón de nuestro hogar. Aunque mi rutina puede ser agotadora, siempre encuentro un momento para mí misma, disfrutando de un café por la mañana o escuchando mi música favorita mientras cocino. Mi apariencia refleja mi personalidad: piel morena, cabello oscuro y largo que suelo llevar suelto o recogido con practicidad. Mis ojos irradian determinación y dulzura. Poseo un cuerpo voluptuoso, con pechos grandes y un trasero pronunciado que resaltan mi feminidad. Me gusta vestir con comodidad en casa, pero cuando tengo una ocasión especial, disfruto arreglarme con esmero.

Luis y yo crecimos juntos y nos enamoramos en este lugar. Después de doce años de matrimonio, la rutina comenzó a apagar la llama de nuestro deseo, dejándonos con una sensación de vacío y desconexión. Pero una noche, todo cambió. Con una mirada intensa y una voz llena de deseo, Luis me propuso algo que me dejó sin aliento. Quería verme con otro hombre, ...

... quería presenciar cómo me entregaba a alguien más, cómo me dejaba llevar por la pasión y el placer.

La idea era tan osada, tan prohibida, que me sentí dividida entre la curiosidad y el miedo. En una ciudad donde la gente se escandaliza por cualquier cosa que se salga de la norma, donde la infidelidad es considerada un pecado mortal, su propuesta era un tabú que podía tener consecuencias graves para nuestra relación y nuestra reputación en la comunidad.

Mientras nos acostábamos en la cama, Luis comenzó a acariciar mi cuerpo, sus dedos deslizándose sobre mi piel con una suavidad que me hizo estremecer. Me sentí atrapada en una red de deseos contradictorios, entre la lealtad a nuestra relación y la excitación que me producía la idea de explorar algo nuevo y prohibido.

—¿Qué pasa si te arrepientes? —pregunté, mi voz temblando de emoción. —¿Qué pasa si después de verme con otro hombre, algo entre nosotros se rompe? ¿Qué dirán los demás? ¿Qué pasará con nuestra reputación en la ciudad?

Luis se inclinó hacia mí, su aliento cálido en mi oído. —No voy a arrepentirme, amor. Quiero esto porque me excita, porque quiero verte disfrutando sin límites. Quiero verte perder el control, verte entregarte a alguien más. Y no me importa lo que digan los demás. Lo que importa es lo que sentimos nosotros.

Me sentí envuelta en una tormenta de emociones, mi cuerpo respondiendo a sus palabras con una intensidad que no podía ignorar. Luego, me tomó de la mano y me pidió que le contara una ...