Mi bandita en la secundaria - Relatos Eróticos

Mi bandita en la secundaria

... Esa era la voz de Reubí su voz hizo que mi ritmo cardíaco se acelerara a tal grado de darme un infarto, su voz tenía la percusión de una arpa. Ya en el salón comenzamos a jugar burro castigado pero ese no era el motivo de ir al salón. Andres ya había planeado un enfermo y maquiavelico plan. En cuanto nos aburrimos de jugar Andres propuso otro juego “¿Se acuerdan que la vez pasada que estábamos viendo quien tenía los pechos más grandes?...”. Rubí no sabía nada y se quedó pasmada. Ella era extrovertida, un tanto mal hablada y fresa, pero por su reacción supe que se incomodaba con esos temas. “...pues ahora nosotros queremos saber quien la tiene mas grande” “mas grande qué?” dijo Samanta. “La verga!...” lujuriosamente dijo Andres. Pero no se vallan a espantar es nomas así, que nos digan, viendo el pantalón, a quien se le vé más grande, a quien se le vé ma bulto” “no pues Ruben, ja, ja, ja!! Ese día se le veía bien grande su pantalón, ja, ja, ja!” “ja, ja, ja no pues no sé ve nada para mí los cinco se ven igual que unas niñas”. “Y tú que opinas, Rubí” “No pues no sé tampoco veo”. Y en eso se puso roja. ”A saben como para que se vea: den unios cuantos saltos” “para qué?” “Ustedes háganlo” Así lo hicieron pero yo tampoco comprendía y cuando empezaron a saltar sus pechos parecían naranjas a punto de salir de una canasta. Y como era de esperarse Ruben de puso erecto. Así que alguien exclamó “Ruben! Todos se la pelan a Ruben!, el ahora la tiene más grande que todos” eso fue lo que ...

... contestó la ya olvidada Esmeralda. Tampoco lo pude evitar y también se me puso erecta. Samanta dijo: “También Julio (que por cierto ese es mi nombre)! Ja, ja, ja”. Después de barios saltos creo que por la emoción ya todos estaban con el pene parado. Samanta dijo otra vez “No pues es que no se sabe quien tiene la... el pene mas grande”. Y Andres instintivamente se bajó el pantalón, y volteando a vernos dijo “Todos me la pelan!” y en eso Alfredo también se bajo el pantalón y dijo: “Estas bien pendejo! Yo la tengo mas grande!” Las tres chavas solo miraban de reojo, pero Rubí parecía que lo hacía apenada pero ninguna se quería perder de ningún detalle. En eso se le ocurrió a Andres otra cosa “Pero a ver, Samanta, cuál está mas gruesa... Si quieres nomas tócanosla tantito con dos dedos ‘para que no digas...’”. Creí que lo mandaría al carajo, creí que le soltaría una buena bofetada, pero en realidad estaba más prendida ella que nosotros. Entonce empeso a compararlas haciéndoles masajes a sus miembros. Estaba celoso; yo quería estar ahí. Solo dijo “es que no sé... Se sienten igual... ¿Porque se puso mas dura?!!!, mira, Samanta!!”. Después de un minuto que solo Esmeralda sacio su curiosidad Andres propuso algo “Se me acaba de ocurrir algo chicas, pero primero digan si le entran, sino pa que les digo... no se van a a arrepentir”. Parecía que ninguna comprendía, solo se veían entre ellas “sí o nó?” “vá ya echale, haber dinos” “Pero si no aceptan, entre todos les hacemos un castigo” “sí ...