Después de la fiesta - Relatos Eróticos

Después de la fiesta

... en voz alta. Tomó mi cabeza entre sus manos y comenzó a follarme en la boca.

Justo antes de correrse, me sacó la polla de la boca y me dijo: "Vamos, quiero follarte". Me sacó del banco, me agarró la falda con las manos y me quitó las bragas. Luego me dijo que me diera la vuelta y pusiera las manos en el respaldo del banco. Se colocó detrás de mí, me abrió las piernas y lentamente metió su polla en mi coño. Después de haber metido cuidadosamente un par de veces un trozo de su gran polla y haberla mojado con mis jugos, se retiró.

Después ahuecó mis caderas, colocó su glande entre los labios de mi coño y metió su polla con todas sus fuerzas. Grité, primero de dolor e inmediatamente después de placer, pero Salvador no se dejó perturbar, siguió follándome con rápidas y violentas embestidas. Mi próximo orgasmo no tardó en llegar; llegué de forma muy violenta y durante mucho tiempo. Pero la posición se estaba volviendo un poco incómoda para mí, así que le dije a Salvador que se sentara en el banco. Me senté en su polla rígida de espaldas a su cara y comencé a montarlo.

Salvador agarró mis tetas con sus manos y comenzó a amasarlas con firmeza. Yo, mientras tanto, daba vueltas con mi pelvis sobre su erección; luego volví a montarlo y, después de un rato, Salvador gimió: "Bájate, no aguanto más”. Estaba tan cachonda que intensifiqué mis esfuerzos y entonces

Salvador me disparó una gran carga de semen en mi coño.

Su jugo caliente también me trajo un nuevo clímax. ...

... Totalmente exhausta, apoyé mi espalda contra su pecho. Después de un rato nos separamos el uno del otro y, después de que Salvador me hubiera besado tiernamente de nuevo, nos vestimos, volvimos al coche y Salvador me llevó a casa. Para despedirnos nos volvimos a besar muy íntimamente y Salvador quiso volver a meterse entre mis piernas.

Suave, pero firme, aparté su mano y le dije que, aunque había sido muy bonito estar con él, no habría repetición porque amaba mucho a mi marido.

Cuando llegué a casa, mi esposo ya estaba dormido. Me duche y me metí a la cama. Por la mañana tenia muy mala conciencia al respecto y se lo confesé todo a mi marido durante el desayuno. Esperaba un irritación descomunal, pero en vez de eso me miró durante mucho tiempo y dijo: "Sabes, debería estar decepcionado y enojado, pero curiosamente, la idea de que alguien más te folló hace unas horas, me pone totalmente cachondo. Me hubiera gustado verte hacerlo.

No sabía cómo reaccionar ante esto. Lo esperaba todo, pero no tal reacción. Así que le pregunté si era un poco pervertido.

Él, con una sonrisa, respondió: "¿Recuerdas la película que vimos hace unas semanas?"

"¿A qué película te refieres?", le pregunté.

"Esa en la que el marido había encontrado a su esposa en la cama con otro hombre y se había puesto cachondo", me dijo. "Desde entonces me he imaginado haciendo lo mismo conmigo".

Tengo que hacer un breve comentario sobre la película. El hombre llegó a casa más temprano de lo habitual y ...