1. Es la hora, en punto, de levantarte


    Fecha: 06/11/2025, Categorías: Gays Autor: sal3roso, Fuente: TodoRelatos

    ... esa polla dura mucho más de cerca. La mía también respondía al estímulo. Para entonces el perro se había apartado, cómo dándonos intimidad. Fran me invitó a levantarme para cambiarnos de sitio, me dijo que allí estábamos demasiado a la vista, pero eso no pareció importarle para enseñarme la polla, que volvió a guardar justo antes de empezar a subir una cuesta, y dejándome la boca hecha agua. Creía que conocía el monte Gibralfaro después de tantos botellones allí, paseos sacando al perro y algún polvete, pero no conocía el sitio donde Fran me dirigió: un triángulo de árboles, con hiedras y otras plantas por fuera, que tapaban dos de sus lados hasta casi los dos metros, siendo cubierto el otro lado por la pared del castillo.
    
    No me van a dar el premio a la diplomacia, una de mis manos fue a su polla, oculta pero no disimulada en su chándal y la otra fue a su culo, apretándolo para acercarlo a mi e intentar retomar el besazo que nos estábamos dando unos minutos antes. Lo hicimos con fruición, y en pocos segundos se bajó un poco el chandal y los calzoncillos, por debajo de su culo. Aproveché para por fin agarrar su rabo en condiciones y palpar sus huevazos. Una exploración inicial reveló algo más que evidente, había que agacharse a degustar ese cipote, y así lo hice ipso facto. Pasé mi nariz y boca por la zona antes de empezar a besar, lamer y chupar su rabo, que se estaba poniendo más grande. De rodillas en el ...
    ... suelo sintiendo como su rabo crecía en mi boca, mientras Fran me acariciaba la espalda, pero intentado llegar a mi culo. Se quitó la camiseta, dejando a la vista un pecho peludo lleno de canas y un torso fuerte de currante. Aproveché que subí mi vista para verlo, para sacar su rabo de mi boca para golpear mi cara, pero volví a engullirlo rápidamente. Fran, que me había dejado un poco a mi aire, me puso ambas manos a sendos lados de la cabeza, acababa de tomar el mando. Empezó despacito, dejándome jugar con los labios y la lengua sobre su glande y mástil, pero pronto empezó a acelerar. Se sacó la polla y me instó a quitarme la camiseta. Para que no se ensucie, me dijo. No tardé mucho, porque quería seguir con aquel juego tan rico. Fran tuvo compasión conmigo, y empezó de nuevo lento. No mucho después me estaba follando la boca, incluso se podría decir con violencia, pero yo estaba encantado, hasta con las lágrimas saltadas. Me rebelé por unos segundos, en que agarré su miembro con la mano por encima de mi boca y lamí sus huevazos. Pero Fran recuperó el control y me siguió follando la boca. Estaba en la gloria cuando Fran sacó su cipote de mi boca y empezó a correrse en mi pecho, un semen espeso que parecía que me tenía guardado. Tres o cuatro chorros que restregué gustosamente en mi pecho. De repente el perro empezó a ladrar, Fran se vistió rápidamente y me invitó a hacer lo mismo. Vamos a mi casa? Me dijo. ¿Sigo? 
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