-
Haces que se corra sobre nuestro anillo de casados
Fecha: 11/11/2025, Categorías: Dominación / BDSM, Autor: sumisoycornudo, Fuente: CuentoRelatos
No es nada, de verdad. No te lo tomes a mal, amor mío. Sólo quiero hacerte ver que a él lo masturbas hasta con las tetas y dejas que se corra sobre ellas, que es algo que a mi jamás me has permitido. Ni borracha, me dijiste una vez, de novios, cuando te lo propuse por primera vez. Y es que has cambiado mucho. Ahora dejas que él te ponga el brazo en el cuello, para aprisionarte y hacerte más suya, mientras tú gimes, suspiras y dices sí, por favor. Más fuerte, más fuerte que me corro. Eso oigo mientras estoy de rodillas junto a la cama y te beso la mano, si puedo, porque generalmente la tienes sobre su nuca para acercarlo a ti, a tu cara, y beberte sus morros, morrearte con él como una colegiala, como jamás has hecho conmigo que sólo he recibido besitos tuyos desde que éramos novios. A él se lo permites todo, incluso que se corra sobre tu anillo de casada, sobre nuestro anillo de boda. Y no porque él te lo pida, sino para complacerte a ti porque eres tú la que se lo pides para humillarme, para hacerme ver que sólo soy un cornudo sumiso que te lo consiente todo. Incluso que me humilles de esta forma desde que descubriste que la única forma de que me excitara, de que se me pusiera dura, era contándome lo que habías hecho con tus anteriores novios. Y lo hiciste, me contestaste como te habían follado y a mi se me ponía entonces dura. Luego dejaste de contarme como te habías follado a tus novios anteriores y pasaste directamente a contarme como te follabas a tus nuevos ...
... amantes. No hubo transición. Un día que estábamos en la cama y te dije que me contaras lo de tus anteriores novios, para excitarme, me contaste que tenías mejor información, mejor material, más reciente, porque esa misma tarde te habías follado a un compañero de oficina. -¿Quieres que te lo cuente? No dije nada. Sentí unos celos tremendos, un extraño dolor en algún recóndito lugar de mi cerebro, y me levanté de la cama y me fui al salón. Y allí estuve pensando un rato, hasta que de pronto, sin darme cuenta, me levanté y volví a la habitación. -Sí cuéntamelo –te dije ansioso. -Pídemelo de rodillas. Y me puse de rodillas. -Cuéntamelo, por favor -te dije. -Suplícamelo. -Te lo suplico -Suplícame que quieres que te cuente cómo te he hecho cornudo. -Te lo suplico, por favor, cuéntame cómo me has hecho cornudo. Y me lo contaste. Desde entonces no has dejado de contarme nada. Aunque tampoco hace falta que me lo cuentes porque lo veo en directo ya que te traes a casa a los amantes de confianza, a los fijos. Con los que lo haces todo. Sin miedo, sin reparos. Incluso todo aquello que nunca has hecho conmigo. Sobre todo lo que nos has hecho nunca. Porque te gusta humillarme. Te gusta mucho porque sabes que a mí me gusta. Somos tal para cual. Y por eso me tienes desnudo siempre antes tus amantes, antes de follártelos, para que me sienta más sumiso, más esclavo y más cornudo. Estáis los dos vestidos metiéndoos mano en el sofá y yo desnudo mirando cómo os ...