Isis, el amor de mi vida y nuestras aventuras como dos nenas - Relatos Eróticos

Isis, el amor de mi vida y nuestras aventuras como dos nenas

... en su ya hirviente vagina. Separó como un compás sus piernotas doradas y me instalé encima para metérsela hasta el fondo, unos instantes después la llené de semen, se retorció de placer y se orinó antes de que me pudiera dar cuenta, nos reímos, ella se abrió aún más mientras yo miraba cómo le salía la orina de un pequeño hoyito cerca del clítoris excitado. Le mamé las inmensas tetazas y nos vestimos, me ayudó a recoger la ropa de la cama para lavarla. Le dije: Vamos a andar y que sea lo que Dios quiera, ella solo me respondió lo siguiente: Solo quiero que seas mía, no quiero que nunca pero nunca más mí tío nos vuelva a tocar. Se lo prometí, no muy convencida de que podría cumplir pero, bueno el vejete tampoco me era muy importante, más bien lo odiaba un poco por maldito. Le pregunté ¿Podrás perdonarme por lo del otro día cuando el perro de tu tío te folló enfrente de mí? Sí Mara, está olvidado, pero de alguna forma eso lo pagará con algo que de verdad le duela. Isis no guardes rencor, nuestro medio es así, aquí a todas o casi todas las niñas del barrio las ha manoseado medio mundo, las madres prefieren no hablar porque seguramente les hicieron lo mismo, los mismos curas sé que han manoseado a niñas. A mí una vez un maestro cuando estaba en 1ero de secundaria me metió un dedo o dos en el ano, a cambio de pasarme en su materia, le tuve que acariciar el pene, el asqueroso quería metérmelo en la boca pero no quise Isis. Es nuestra realidad, no podemos hacer mucho. Y así quedamos, nos hicimos “novias” sin saber que este encuentro traería consecuencias, un embarazo y después un hijo y después una hija que hasta el día de hoy son la luz de mi vida… Luego les cuento más.