El chico que le gusta a mi mejor amiga parte I - Relatos Eróticos

El chico que le gusta a mi mejor amiga parte I

Buenas noches, soy nueva escritora, espero que mis relatos les guste! Hay relatos que escribiré a base de mi imaginación (como le anterior de "Violadores o héroes?")Y otros (como este) que estarán basados en la vida real.

Esto me paso en la preparatoria tenía 18 años, tenía una mejor amiga llamada Sarai, a ella le gustaba un tipo moreno, alto, fornido, no era guapo Pero tampoco feo, si nombre era Alberto. Lo malo de él es que era un idiota, un grosero, un vulgar y todo lo que yo (se supone) que odio. Y esto lo sabía muy bien mi amiga y más me pedía que lo conociera; y así fue, me lo presentó pero terminó siendo un chicle muy confianzudo.

Eran finales de semestre y entré a mi salón, me acosté boca abajo para dormir, mis amigas estaban alrededor, siento una cabeza recostarse en mi espalda

—Jaqui, quítate — digo moviéndome

—No soy Jaqui— dice su voz muy profunda

Me medio incorporo pero él tiene más fuerza y logra colocar parte de su peso para que no pueda levantarme. Lo ignoro, mis amigas le sacan plática hasta que se les ocurre ir al cine e invitarlo. Y así nos fuimos al cine, entramos a ver la de La Momia, la nueva, para mí horror me senté en el penúltimo asiento y él en el último.

Mi mano estaba en el poza brazos y él me la toma, lo volteo a ver con cara de pocos amigos y me guiña el ojo, giro los ojos. De la nada siento su mano tomar mi rostro, voltearlo para besarme, al inicio me resisto, pero luego accedo. Su lengua comienza a entrar a mi boca, y dejo que ...

... guíe el beso, siento su mano bajarse a mis piernas y la mía baja inmediatamente a su entrepierna, hasta que reacciono y me alejo. Observo a mis amigas y no sé dieron cuenta.

Él me acompaña a mi paradero y nos besamos un buen rato, me despido y me voy a mi casa.

Al día siguiente, me asalte la clase, entré al salón de química, atrás hay una pequeña bodega, llegué y me tiré al suelo para dormir. Despierto y noto a Alberto viéndome. Él me sonríe, me jala hacia él y comienza a besarme, su labios bajan a mi cuello, y suelto leves gemidos. Sus manos aprietan mis nalgas, se detiene

—Necesito que sea más interesante, vamos

Me jala hacia fuera y comenzamos a caminar hacia el campo, están las salas de computación, y a espaldas del edificio hay una bodega abandonada, con sillas rotas, mesas rotas. Es una bodega sin puerta nada más. Estoy por entrar pero me detiene

—No, ahí no, no aún — dice él riéndose.

Me pega a la pared a un lado de la entrada y comienza a besarme, vuelva a bajar a mi cuello mientras alza mi blusa, me baja de forma brusca el brasier y mis pechos saltan en su cara. Él comienza a chupar, lamer, morder, mis gemidos suenan, por ratos abro los ojos para ver qué nadie venga, aunque la idea de que alguien pueda llegar solo eleva mi éxtasis. De momento los movimientos de él se vuelven más bruscos, succiona fuertemente mis pechos, sus manos bajan por debajo de la falda, toca mi vagina mojada por encima de mi ropa interior.

—Joder, no traes short, estás tan ...