1. Lo que despertó esa casa


    Fecha: 24/11/2025, Categorías: Masturbación Autor: sayuri, Fuente: TodoRelatos

    Espero que les guste.
    
    Tenía 29 años.Una edad en la que muchas ya han probado de todo… pero yo no.Seguía siendo virgen, no por falta de deseo —eso jamás— sino porque nunca me había sentido libre para dar ese paso. Desde adolescente me sabía distinta. Por dentro, ardía una energía que solo yo conocía. Siempre fui de las que sonríen con recato, pero por dentro… por dentro mi mente era un cuarto oscuro lleno de fantasías sin estrenar.
    
    Me llamo Paulina.Soy güera natural, delgada, cabello largo castaño claro, pechos pequeños y firmes, y un trasero discreto pero fuerte. Hay quienes me ven sencilla… pero quienes se atreven a mirarme bien, notan que hay algo más. Algo que siempre estuvo esperando el momento justo para despertarse.
    
    Trabajaba como niñera en una casa amplia, algo vieja, de esas construcciones de pasillos largos, muebles de madera y azulejos fríos. No era una casa lujosa, pero tenía una atmósfera que atrapaba. Estaba alejada, silenciosa, con puertas que crujían y cuartos que parecían guardar secretos.
    
    Esa tarde, el calor estaba pegajoso. El niño dormía y yo aprovechaba para limpiar el cuarto de visitas, ese que casi nadie usaba. La ventana estaba abierta y la cortina se movía suave, como si algo invisible me llamara. Mientras acomodaba una caja de juguetes, noté una pequeña bolsita de tela con cierre, de esas de cosméticos… pero algo dentro sobresalía. Alguien la había dejado mal cerrada, casi con descuido.
    
    La curiosidad me jaló.
    
    La abrí.
    
    Y ahí ...
    ... estaba.
    
    Un vibrador.Tres penes de silicona de diferentes tamaños, texturas, y colores, extremadamente realistas… casi intimidantes.Un pequeño frasco de lubricante. Otro, más espeso, con aroma a frutas.Un tapón anal de silicona negra.Y al fondo, una pieza de lencería roja, transparente, diminuta, que apenas si cubría lo esencial. Tiritas, encajes, encaje abierto… provocación pura.
    
    Mi respiración cambió.No era miedo. Era algo más parecido al vértigo.
    
    Toqué el vibrador. Estaba frío al tacto, pero solo imaginarlo encendido me hizo sentir el calor subir por mi cuello.Sostuve uno de los penes. Era grueso, con venas marcadas, una forma tan real que me dio escalofríos. Lo acerqué a mi rostro sin pensarlo.Mi cuerpo reaccionó sin permiso.
    
    Me vi en el espejo.La blusa pegada a mis pezones por el sudor.El short subido en la entrepierna.Mis labios entreabiertos.
    
    Y esa mirada…Esa mirada no era la de una niñera tímida.Era la de una mujer al borde de explotar.
    
    Cerré la puerta. Puse seguro.Me senté en la alfombra del cuarto, el ventilador girando lento, la casa en silencio.Con los dedos me toqué por encima de la ropa interior, ya húmeda, ya caliente.Tomé el lubricante y lo abrí, solo por curiosidad, pero el aroma me hizo cerrar los ojos.Imaginé la lencería sobre mi cuerpo. Los penes dentro. El vibrador encendido. El tapón… siendo parte de mí.
    
    Y entonces, sin querer, se metió en mi mente una fantasía que me hizo gemir suave entre dientes.
    
    El esposo de la maestra.
    
    Siempre ...
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