Ella dijo. Tu culo fue echo a la medida de mi verga, tú eres bien pasivo, mientras que yo soy activa. Así que nos complementamos, divinamente. - Relatos Eróticos

Ella dijo. Tu culo fue echo a la medida de mi verga, tú eres bien pasivo, mientras que yo soy activa. Así que nos complementamos, divinamente.

La razón por la cual mi ex novia terminó conmigo, ya que, según ella, yo era demasiada poca cosa, que aspiraba mucho más del hombre, con quien eventualmente se casaría. Ella dijo eso, porque me puse tan nervioso, en el momento en que, me invitó a su casa, aprovechando que sus padres no se encontraban, aunque me avergüence decirlo, la verdad es que, al verla desnuda sobre su cama, con las piernas bien abiertas ofreciéndome su peludo coño, no sé qué me pasó, que me asusté y para colmo de males, mi verga no se paró. Sentí tanto miedo, y ansiedad, que además que mi verga casi se desapareció, del susto hasta me oriné y me desmallé, perdiendo el sentido. Lo que indignó a mi novia, y esa misma noche terminó conmigo, sacándome de su casa, sin dejar que yo por lo menos tratara de explicarle, lo que me sucedía, para colmo en la oficina en que ambos trabajamos, todo el mundo se enteró. Razón por la cual, de manera descarada, algunos empleados, y empleadas burlaban de mí, sin que yo pudiera hacer nada por evitarlo, motivo por el que solicité mi urgente traslado, traslado que me concedieron, rápidamente despidiéndome. Pero después de estar buscando trabajo, y mis clases en la universidad, apenas llegaba a casa, buscaba consuelo en la red, hasta que aminé al entrar a un chat, buscando consejos, cuando en una de esas, me contactó una chica, pidiéndome que entrásemos a un chat privado. Sus palabras de consuelo, y apoyo, me hicieron sentir muchísimo mejor, que me atreví a invitarla a ...

... salir, solo que fue ella, quien me indicó, que le agradaría mucho, si nos encontrásemos en un pub, que ella frecuentaba, según me dijo, con bastante regularidad. Llegué bien temprano, y al preguntar por ella, el mesero se limitó a decirme que aún no había llegado, lo peor de todo, era que no tenía, ni la menor idea de cómo era físicamente ella, y me daba vergüenza preguntárselo a ese tipo. Solamente me dijo que siempre usaba muchísimas pulseras en su mano derecha, me la imaginaba, de todas formas, gorda, flaca, a veces muy bajita, y otras sumamente desgarbada, además que algo desgreñada, sin ningún tipo de atributo físico, con una larga nariz, y con grandes espejuelos. Cuando menos lo esperaba apareció, aquella hermosa joven mujer, con un sinnúmero de pulseras en la muñeca de su mano derecha, un poco más alta que yo, rubia, de escultural figura, pecosa, vestida de manera tan llamativa, con una corta minifalda, y una estrecha blusa, que dejaba ver sus hermosos senos. Pensé que, al verme, y darse cuenta de que yo era su cita, sin decirme nada, daría media vuelta, y se retiraría, pero no fue así, la escuché pronunciar mi nombre, con su dulce voz. “Tú eres mi cita, cariño te reconocí de inmediato.” Algo dentro de mí me dijo, que esa era la mujer de mi vida, ella tomó asiento a mi lado, mientras que yo extasiado, boquiabierto, contemplaba su hermoso cuerpo, y bello rostro, casi sin poder decir palabra alguna. Ella como si nada, ordenó una bebida, y de inmediato, me dijo. “Ya que nos ...