El amor de mi esclava
Fecha: 28/04/2018,
Categorías:
Dominación
BDSM
Autor: charlygaucho, Fuente: CuentoRelatos
... espalda, alcanzó mi cuello, se apoderó de un lóbulo, lamió el caracol de una oreja… - ¿Aprobé? - Con sobresaliente, en examen resumido por actitud descollante, respondí. - Ahora sólo falta la tercera parte, suspiró. La entrega El día transcurría lánguido y perezoso. Después de nuestra escaramuza de sadomasoquismo del mediodía, nos habíamos dados un baño en la piscina. Su cuerpo era un bellísimo muestrario de marcas. La espalda, el culo, las tetas, el pecho, el vientre, los muslos. Salvo su cabeza y su cuello nada había escapado a la lacerante huella del látigo y de la vara. Era extraordinario el poder afrodisíaco que esos vestigios provocaban en mí. Era mirar las señales e inmediatamente volvían a mi recuerdo las memorables escenas que habíamos vivido. Ella no profirió ninguna queja, ningún reproche. Había aceptado esa sesión de tortura y suplicio como un escalón necesario de nuestra consolidación. Ahora debía aceptar que era algo que se iba a repetir a menudo como un elemento esencial de nuestra convivencia sexual. Luego -siempre desnudos, amparados por la soledad de la casona- habíamos almorzado una docena de emparedados tumbados a la sombra de la arboleda. En ese mismo lugar habíamos cabeceado una corta siesta y habíamos reanudado nuestro descanso dominical al lado de la pileta. Hicimos unos largos dentro de ella, tomamos unos mates con bizcochos, dejamos que transcurriera la tarde ensimismados en nuestros propios pensamientos mutuos. Ya los dos sabíamos lo que queríamos ...
... y hacia donde marchábamos. Solamente restaba la confirmación de un secreto a voces. Sin embargo ninguno quería comprar la pieza antes de haberla podido cazar. Cuando pensaba en esto, miraba los costurones del castigo que adornaban el cuerpo de Claudia y el recuerdo de lo vivido me hacía hervir la sangre y endurecer el choto. Claudia preparó la cena. No habíamos pronunciado palabra alguna ninguno de los dos acerca de la prueba pendiente. Sólo dejábamos que el tiempo transcurriese. Ella sabía que iba a ser hoy, pero ignoraba el cómo, el cuándo y el donde. Ella había hablado por teléfono con su madre y con Paola, su hija, disculpándose por su ausencia. Su madre, veterana conocedora de los vericuetos de la vida, le dijo que se relajase y disfrutase, que de la nena ya iba a tener tiempo de ocuparse, que era hora que se ocupase de ella misma y se olvidase de los demás. Desnudos y juntos en la mesa ubicada debajo del tejado aledaño al parque devoramos las exquisiteces que Claudia había preparado para la cena. Luego de limpiar la vajilla y acomodar los utensilios, nos acomodamos en el sillón del salón para ver “La sumisión de Emma Marx”, un video del año 2013, donde Peny Pax, esa eximia actriz porno desplegaba todos sus talentos, los femeninos, los actorales y los sexuales para lograr someterse a los designios del protagonista. Richie Calhoum, acompañados por otra estelar fémina del cine triple X, Riley Reid. Penny Pax es una actriz que me encanta. Luego de haber visto sus películas ...