Exhibicionismo en la playa Saint Martin
Fecha: 28/04/2018,
Categorías:
Voyerismo
Hetero
Autor: widestblue, Fuente: CuentoRelatos
Recién bañados bajamos a la playa. Martina se puso un bikini de crochet blanco dejando entrever su piel fresca y blanca. La parte de atrás era más chica de lo que usaba normalmente pero se sentía cómoda con su cuerpo. Quería dejarse ver, sentirse vista y hasta ser envidiada. Sus senos grandes estaban bien sujetos por el top y ahí fue donde pescó mi mirada pero me dejo ver, me devolvió la mirada queriéndome decir: Mírame, soy tuya, también para que me veas. Había gozada a Martina hace pocos minutos y la seguía viendo con deseo. Esos pechos… Ese cuerpo y rostro tan hermoso. - Martina, en la cama hay un regalo para ti - ¿Qué es? - Algo con lo que te quiero ver puesto - (¿?) Martina fue a la cama y vio una cadena muy fin que iría de su cuello, entrando entre sus pechos y que terminaría en una honda por su espalda baja. Martina se olvidó de mí, fue hasta el espejo largo y amplio que de la habitación y se la puso. Se vio frente al espejo largo rato. Veía como la cadenita brillaba en su busto, veía como corría por su cuerpo y volteándose veía como delicadamente caída en su espalda baja justo antes del borde de su traje de baño. Si antes de viaje se revisaba como iba fortaleciendo su culo con el gimnasio, ahora veía como la cadenita le daba un toque de picardía, algo que la hacía sentir como la chica que es atractiva y actúa como si no lo fuera. Irrisible y así se sintió. Después de verse, lo vio y le dijo: - Me gustan tus regalos, gracias. ¿A ti, te gustan? - Si (Le dije tratando ...
... de verla a los ojos sin que mi mirada se pierda en su cuerpo) Bajaron de la mano. El cargando su bolso de playa y ella sin una preocupación en este mundo. Estaban juntos, finalmente juntos. Ellos que son un Par y van juntos. El día estaba espectacular, apenas algunas pocas nubes para decorar un cielo celeste y un mar sereno de que iba desde el transparente al azul claro y tropical del caribe. Cuando llegaron a la playa se quitaron sus sandalias y el volvió a ver los bien llevadas de sus pies y uñas. Esta mujer es hermosa. La arena cálida en los pies… El hotel pequeño de lujo tenía su íntima playa privada y pronto el chico de piel bien tostada (Posiblemente un francés universitario trabajando entre semestres) los llevo a su sombrilla frente al mar. Martina me pidió el bolso, saco su crema y comenzó a protegerse su delicada piel. Martina se ponía crema con una calma y concentración que me hipnotizaron. Solo salí del trance cuando llegó el chico con las toallas. Se quedó unos segundos más de lo que normal después de que le di la propina. Estuvo viéndola y ella parecía no darse cuenta. Ahora me ponía crema a mí. Empezó por mis hombros, bajando por mis brazos hasta las manos. Nos apretamos las manos con los dedos entrelazados sintiendo electricidad. Como me acelera Martina! Luego puso sus manos planas sobre mi pecho, subía a mi cuello y bajaba para mi abdomen marcado con los abdominales superiores. Nos vimos a los ojos y la vi placida como si solo pudiéramos estar juntos. Cansada ...