Como buenas hermanas
Fecha: 29/04/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... contestó su hermana ya en plena tarea a la vez que apartaba el edredón que, al principio, se había puesto encima por timidez. Estaba como una moto. Elena pensó que aquello no era normal, se sentía extraña en esa situación, pero entre la posibilidad de marcharse y olvidarlo todo, o la libertad que le daba la actitud de su hermana, optó por la segunda y, metiendo una mano bajo su blusa, comenzó a acariciarse suavemente su pezón izquierdo, sin dejar de mirar la pantalla. Pronto empezó a sentirse muy caliente, como jamás lo había estado; le apetecía calmar esa sed que nunca antes se había despertado en ella. Dejando atrás los remilgos, comprendiendo que estaba en familia, se quitó la blusa y el sujetador: empezó a sobarse las tetas con las dos manos. De vez en cuando dejaba de atender a la película (en la que ahora una de las actrices le comía el coño a otra mientras era enculada por el actor) para ver a su hermana, que seguía, excitadísima, arriba y abajo, arriba y abajo, separando las piernas e inclinado la pelvis hacia arriba, girando sobre sí. Elena estaba a mil. Ahora fue ella quien se quitó el pantalón (también las bragas) quedándose completamente desnuda y, velozmente, comenzó a jugar con su coño. Así estaban las dos hermanas, masturbándose la una delante de la otra, mientras veían esa película que las hacía conducirse de una manera tan distinta a la habitual (A pesar de compartir habitación desde la infancia, nunca antes se habían masturbado juntas). Fue cuando ...
... comenzó la tercera escena del film cuando las cosas se desbocaron. Eran dos mujeres: una enfermera atendía a una paciente y, a la vez que le hacía un exhaustivo reconocimiento, se la follaba. Al oír una frase en boca de la enferma ("Nunca antes había hecho esto") surgió la idea. Hubo algo en el ambiente que hizo converger una mirada de lujuria a las dos hermanas, pero ninguna dijo nada, como si no se atrevieran a plasmar su pensamiento, y continuaron masturbándose por su cuenta. Tuvo que ser Eva, la hermana pequeña, la que de nuevo tomara la iniciativa, viendo la pasividad de su hermana. Se levantó y dando un rodeo, se acercó lentamente a la cama de su hermana, que seguía tumbada y tocándose. Se interpuso entre ella y la televisión, poniéndose delante de la pantalla y comenzó a magrearse las tetas y a chuparse los pezones, a la vez que se movía sensualmente, como una serpiente. De modo que ahora no veía Elena la película, lo que ahora veía, mientras seguía jugando con su coño, era a su hermanita sobándose, bailando medio desnuda para ella, lo que le produjo un placer inmenso y alcanzar el primero de los orgasmos que luego seguirían. Eva se acercó sobre la cama y, con los ojos inyectados en sexo, le soltó a su hermana: "Estás buenísima" y al instante lanzó su boca hacia los globos de su hermana, a la vez que los apretaba con las manos y chupaba sus pezones, primero, y luego los lamía, y volvía a empezar. Cuando Elena, la mayor, la responsable, sintió la lengua de su hermana en su ...