Vestuario masculino y empleadas de limpieza 2.
Fecha: 01/05/2018,
Categorías:
Voyerismo
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... dominación te hace sentirte más vulnerable y un poco sometido. Una vez en las duchas sentí algo de alivio pues al menos si entraba alguien podía de alguna manera “refugiarme”, aunque estoy seguro de que, si se diera el caso, ella no me habría traído la toalla y me habría hecho salir totalmente en pelotas. Marta me dijo o más bien casi me ordenó, que me metiese en una, que me mojase el cuerpo y que apagase el grifo, algo que hice obedientemente mientras observaba que sacaba algo del neceser. Antes de nada, os diré que yo llevo el pubis arreglado, pero con algo de pelo, aunque parece ser que Marta había decidido cambiar mi estilo y dejarlo a la manera que más le apetecía. Comenzó a sonreír y se acercó se metió en la ducha con un bote de crema en una mano y una cuchilla de afeitar en la otra, y sin preguntar ni pedir permiso, me embadurnó de espuma de afeitar toda la polla, huevos y pubis. Lo de la polla, era absolutamente innecesario porque salvo algunos por la base, no hay pelos, pero la maestría con la que me untaba la crema desde el capullo, la suavidad con la que movía su mano por todo el pene en erección total, hicieron que no pusiese yo ningún impedimento, es más, poquito, muy poquito faltó para que me corriera. Creo que ella se dio cuenta, paró y me dijo: “tranquilo resérvate para después que será mejor, ja,ja,ja”. Entonces comenzó a pasarme la cuchilla por los pelos del pubis para dejarme totalmente depilado mientras que la otra mano la posaba en mi culo y con un dedo ...
... jugueteaba por mi ano, también me la pasó por los huevos y la base del pene hasta dejarme sin un solo pelo en toda la zona. Como podréis imaginar, yo tenía la polla al 100% y con algunos restos de espuma. Así que se retiró un poco para mirarme a cierta y distancia y mientras asentía con la cabeza dijo: “bueno, esto ya está. Abre la ducha y límpiate lo que te queda de espuma”, pero de pronto y como acordándose de algo me dijo: “Espera, espera, que cabeza la mía ¡si todavía no he terminado!” “Daté la vuelta”, esta vez lo acompañó de un “por favor”, yo le hice caso y como me esperaba, comenzó a darme crema por todo alrededor del ano mientras me separaba las nalgas con la otra mano. Pero como se le hacía un poco difícil hacer las dos cosas a la vez, me pidió que fuese yo mismo quien con mis manos me abriese las nalgas dejándole expuesto y accesible el ano y sus alrededores, por donde ya comenzaba a pasarme la cuchilla y dejarlo como el resto de mis genitales sin un solo pelo. Yo nunca me había afeitado esa parte, pero en cuanto hubo terminado he de confesar que me produjo una sensación bastante placentera. Marta me dijo: “Ahora si, límpiate bien con agua que voy a por una toalla para secarte. ” Desapareció un momento y volvió con la toalla y un bote de crema hidratante. Me secó el cuerpo, con esa mezcla suya de entre suavidad y firmeza a la vez y cuando hubo terminado se untó las manos en crema y fue esparciéndomela mientras me masajeaba todas las partes que hace un momento me ...