Vestuario masculino y empleadas de limpieza 2.
Fecha: 01/05/2018,
Categorías:
Voyerismo
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... solo a cambiarme de camiseta y arreglarme un poco el pelo”. Y vi aparecer en los lavabos a un hombre de unos sesenta años. Yo estaba empezando a tener frío y allí nadie me traía la toalla, hasta que al poco veo aparecer a Marta pero solo con un cepillo de dientes y crema bucal. Se acercó hasta mi ducha como si no me conociese y dijo: “Tome señor, lo que me había pedido” Mientras esbozaba una sonrisa, pícara, maliciosa y juguetona. La muy puta, lo había dispuesto para que tuviese que salir en pelotas delante del señor que se peinaba en los lavabos y yo quedara ante él como lo que era un exhibicionista salido. A pesar de haberme corrido a conciencia hacía un rato en la boca de la suplente, mi pene se conservaba a medio empalme, mientras que Marta se puso a limpiar los espejos de los lavabos y la suplente también apareció en escena a unos metros fregando. No me quedó otra opción y tuve que salir. El señor al verme, no se cortó en absoluto y dijo lo suficientemente alto como para que yo lo escuchase: “¡Joder! ¡Qué poca vergüenza tienen algunos! ¡Delante de dos señoritas!” Mientras notaba que me miraba la polla depilada a través de los espejos. Marta dijo: “No se preocupe, si con él estamos acostumbradas, jajajaja” “Le hemos visto muchas veces” El señor dijo: “Pues no entiendo nada, y él desde luego que me parece un desvergonzado” Yo podría haberle contestado, pero preferí no entrar al trapo, mientras veía como Marta y la suplente se descojonaban en cuanto el señor no las miraba ...
... y yo me cepillaba nerviosamente los dientes esperando que pasara el temporal y el señor se marchase de una puta vez. Pero de repente una especie de despertar me vino a la cabeza, y pensé: “¡Que coño!” “A esto le doy yo la vuelta a la tortilla” “Esta me quiere hacer pasar a mi vergüenza y lo que va a ocurrir es que va a quedar como la puta que es, jejeje”. Entonces le dije bien alto: “¿Bueno Marta me vas a traer la toalla o me voy hacia las taquillas y me secas tu como haces otras veces?” Fue la primera vez que vi a Marta ponerse roja como un tomate, mientras el señor que se notaba un conservador de los de otra época, la miraba de arriba abajo casi con desprecio y dijo entre dientes: “Que bárbaro, vaya puterío que se tienen aquí montado estas”. Marta intentó defenderse como indignándose, y muy altiva: “¿Pero que dice?” Mientras que yo me acerqué a ella, le di un azote en el culo y dije: “Veeeenga tonta, no te hagas la estrecha ahora” “O si prefieres, vete abriendo el cuarto de rayos uva y te ocupas de mi allí como otras veces”. Ahí la dejé fuera de combate y ya no supo cómo reaccionar. El carca trasnochado, se echó las manos a la cabeza y prácticamente salió corriendo, mientras que yo me sentía orgulloso de como había dado la vuelta a la situación y con el agravante de estar en pelotas. Según el hombre salió refunfuñando por la puerta Marta me puso de cabrón para arriba y se intentaba excusar diciendo: “¡Joder! Que es mi trabajo” A lo que yo le contesté: “Y mi gimnasio ¡no te ...