1. El joven de al lado


    Fecha: 01/05/2018, Categorías: Voyerismo Autor: van sedefaar, Fuente: RelatosEróticos

    ... tranquilidad inigualable, y lo hacía, pero Había una pequeña parte de mi, una muy diabólica, que se sentía frustrada si él ya no sintiese mas necesidad o deseo de observarme. Quería seguir siendo deseada, seguir siendo anhelada por quien más lo hacía por mi en este planeta. Por eso, aquella fatídica tarde de domingo, una semana después de despedir a mi marido, y cuando ya llevaba 5 o 6 whiskys encima, no pude resistirme más a las ganas y decidí pecar un poquito, como se dicen todos los adictos, recaer un poco solamente. Dejarme ver solo un momento no podía ser traición de ninguna manera ni hacerle daño a nadie. esta era mi casa y no podía pasarme la vida entera sin salir, y además, seguramente él había perdido todo deseo sobre mi.Termine por sorber el último trago de mi sexto whisky, y puse el baso sobre la barra con una exclamación al sentir el alcohol quemar por mi garganta. Volví a servirme un trago y lo revolví haciendo círculos con mi mano en el aire escuchando los hielos golpear el cristal del baso. De nuevo lo coloqué en la barra y comencé a desvestirme. Llevaba una blusa sencilla de tirantes y una falda corta floreada. Pasé la blusa por encima de mi cabeza y la arroje al sofá de la sala. Continúe por bajarme la falda y con mis pies la pateé lejos lo que me hizo trastrabillar y casi caigo culpa de las bebidas que llevaba encima. Tenía puesto el mejor bikini que tenía. Era el bikini infarto, solía decir daniel. Dos piezas, el bra completamente blanco, diminuto, mis ...
    ... pechos parecían desbordarse, no encontraban freno y su voluptuosidad lucia esplendorosa, bella sobre él. La parte baja era muy pequeña también, blanca pero con delgadas rayas horizontales difuminadas en color azul grisáceo. El corte era precioso y hacía lucir mi trasero como un enorme corazón forrado con piel blanca y tersa. Si te pones eso en la playa vas a volver locos a chicos y grandes me decía siempre que lo usaba. Pero me gustaba, y lo usaba por qué podía y quería, nada más por eso, ¿verdad? No quise discutir conmigo misma sobre eso así que tome mi vaso, y descalza avance a mi patio trasero con un caminar cadencioso, sonriendo, me sentía liberada, como no me había sentido en semanas.Salí al sol del medio día y baje los lentes oscuros de mi cabeza para ponérmelos. Vaso en mano avance ligera hacia la piscina. Baje dos escalones y deje que la frescura del agua me llegara hasta las pantorrillas. Respiré hondo mientras una suave brisa revolvía mis lacios cabellos alrededor de mi cuello. Salí de la piscina y me acerque a la cama de tomar el sol, me senté en ella y puse mi vaso sobre una mesita lateral. Bajo ella estaba un bote de bronceado que tome y empecé a verter sobre las palmas de mis manos. Unté la loción a lo largo de mis brazos lentamente, en mis mejillas, en mis hombros, en mi pecho y en toda la suavidad de mis senos que solo estaban ocultos en el área del pezón. Aquí volteé por primera vez a la casa de al lado, primero a la ventana de su cuarto, nada, después a su patio ...
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