1. El joven de al lado


    Fecha: 01/05/2018, Categorías: Voyerismo Autor: van sedefaar, Fuente: RelatosEróticos

    ... en el fondo de mi sexo. Nuestras respiraciones estaban agotadas y poco a poco buscábamos jalar aire para regularlas. Mi vagina estaba teniendo sus últimas contracciones y su pené estaba en sus últimos espasmos arrojando aún los últimos chorros de semen en mi interior.Cuando al fin me calme, mi mundo se derrumbó. Que había pasado aquí. Aún mi cuerpo estaba ardiendo pero mi conciencia estaba regresando a mí. Él también precia recobrar cordura, poco a poco comenzó a moverse de nuevo y se impulsó con sus manos en la camilla para quitarse de encima mío. Poco a poco su pene fue saliendo dentro de mí y con un sonido viscoso pudo al fin salir y quedar colgando flácida cuán larga era soltando aún un chorro de su semen y mis jugos.Traté de levantarme pero las fuerzas no me daban para más. Así que volteé mi cabeza para mirarlo. El pelo húmedo de sudor cubría un poco mi rostro. Lo mire y pude ver solo a un joven totalmente asustado. Dio dos pasos para atrás y después un poco más rápido caminó tropezándose con sus shorts. Yo lo seguí con la mirada perdida. En mis ojos empezaban ya a brotar lágrimas y estaban ya tornándose rojos y húmedos. Él subió sus shorts rápido y sin camisa corrió hacia la barda que daba a su casa. La brinco y callo desparramado del otro lado. Se alejó corriendo. Llorando me levante como pude. Y avance muy despacio con un dolor en todo mi cuerpo, desnuda. Entre a mi casa y fui para la ducha. Ya ahí abrí el Agua caliente y me quedé llorando cerca de una hora. Cuando ...
    ... salí me acosté y dormí lo que me precio dos días enteros.[[[ 14 ]]]ConclusiónMi marido llego días después. Estaba tan feliz como siempre. Me contó sus experiencias y yo fui lo más natural posible pero creo que mi tristeza era notoria. Traté de seguir con mi vida durante un mes, no salía para nada claro está, pero era ya insostenible. Después de ese mes le dije a mi marido que no aguantaba la soledad en esa casa y que quería mudarme lo antes posible. Tras unas cuantas oposiciones de su parte, logre convencerlo y unos días después estábamos ya subiendo las últimas cosas a nuestra camioneta. Cuando salimos y subimos al carro sentía un alivio inmenso por dejar aquel maldito lugar donde mi vida había perdido tanto valor. Donde yo misma había aniquilado mi moral.No quería voltear hacia aquella casa. Era la primera vez que salía desde aquella tarde. Pero un poder magnético me obligó a hacerlo. Y antes de subir al coche volteé. Él estaba ahí, de pie en la ventana de arriba mirándome fijamente. Sabía que todo lo ocurrido jamás se olvidaría, pero no lo culpaba, ambos teníamos responsabilidad y cada quien asumiría la suya. Subí al auto y antes de perderlo de vista pude notar, o al menos eso creí ver; una sonrisa burlona en su rostro. Una sonrisa que decía que había sido suya una vez y que habría de ser suya por siempre. Aparté mi mirada muy rápido y continue en silencio el resto del viaje. En mi nuevo hogar me sentí más tranquila, hasta que los mareos llegaron. Fueron los 9 meses más ...