1. La noche sigue


    Fecha: 05/05/2018, Categorías: Transexuales Autor: Abril_traviesa, Fuente: xHamster

    ... una enorme excitación. Como me causaba dificultad seguir con los tacones de las zapatillas sobre el colchón preferí poner las rodillas en la cama y con los pies ayudarme al mete y saca. Yo tenía el control absoluto de la situación, decidía cuando me la sacaba toda, cuando me la volvía a meter, cuando me movía hacia un lado o hacia el otro. Lo más rico era tenerla toda en mis entrañas y moverme en círculos primero hacia la derecha y luego hacia la izquierda, después me recargaba en sus rodillas con las manos y me movía de atrás para adelante con fuerza, como si fuera yo quien lo penetraba. Esto era un poco agotador así que decidí pegar mi pecho al suyo y dejar que el hiciera de mi culito lo que quisiera, no perdió el tiempo, me tomó de las nalgas y comenzó a subirme y a bajarme rápidamente perforándome deliciosamente mi agujerito que ya se había amoldado al gran trozo de macho que tenía invadiéndolo. El meteysaca duró una eternidad, era un hombre en toda la extensión de la palabra, en algunos momentos elevaba su cadera logrando una penetración mayor, yo gemía, casi aullaba del placer, ya no me movía más, estaba a su disposición, me estaba dejando hacer la colita como a mi amo le pareciera mejor. De pronto me la sacó y me pidió que me colocara acostada al borde de la cama, obedecí. Al verlo venir hacia mí separé mis piernas, él se agachó y empezó a lubricar mi culito con la lengua, me estaba dando un "cunnilingus" muy especial, me estaba volviendo loca, yo sentía viajar por ...
    ... las nubes, el corazón se me salía del pecho. Se incorporó, me tomó de los tacones separándolos aún más y sin usar las manos me colocó su pinga en mi ya dilatado orificio y tras un par de empujoncitos que me causaron un poquito de dolor, al tercero ya la tenía de nuevo hasta lo más profundo de mi ser, me siguió haciendo suya entre los sonidos de las películas y nuestros gemidos, éramos como dos bestias hambrientas de sexo, el sudor le escurría por el pecho, yo sentía un calor muy intenso en mi interior, en ocasiones hasta me faltaba el aire y él no paraba de meterla una y otra vez, esa deliciosa salchicha gruesa entraba y salía ya con gran facilidad de mis adentros, por momentos bajaba el ritmo y me metía solo la punta unas cuatro o cinco veces para después embestirme hasta dentro, cada vez que lo repetía lograba sacarme un quejidito de gozo.Los minutos se volvieron horas, las posiciones cambiaban, volvía a cabalgarlo, me tomaba por atrás, entre una y otra se la ponía en forma con otra felación o él me preparaba con su lengua para la siguiente ensartada.Era un macho que no se cansaba, yo también estaba dispuesta a satisfacerlo por completo aunque ya me temblaban mucho las piernas, decidí desamarrarme las tiras de mis zapatillas y quitármelas. También la tanguita voló por los aires en algún cambio de posición. Fue una noche llena de lujuria, de sudor, de una hembra que se entregaba a su hombre. Para terminar me volvió a colocar de rodillas en la cama, apoyé el pecho en la cama ...