Fui iniciado por un médico (4)
Fecha: 09/05/2018,
Categorías:
Gays
Dominación
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... me dijo: Soy tu dueño, Jorgito, tu autoridad suprema, el dueño de toda tu personita, de tu mente, de tu cuerpo, de tus actos, de tu voluntad, de tu vida… ¿Está claro? -Sí… Sí, … sí, mi Señor, pero me asusta un poco…- dije sintiéndome muy raro, confundido, con miedo y también más caliente que nunca… -Muy bien, tomá el llavero, ponelo en la mochila y en cuanto te vayas comprás la vaselina en la farmacia de la esquina… Y ya sabés, putito, el celular siempre prendido… Guardé el llavero en la mochila y él entonces me ordenó que me pusiera en cuatro patas: -Como un perrito, porque eso sos, un perrito Me sentía humillado, con miedo y muy caliente, todo al mismo tiempo mientras me ponía en cuatro patas y él reía… Pensé que hacía sólo un par de días yo era un chico común y corriente, muy tímido, introvertido, sin amigos, apenas dos compañeros de escuela con los que a veces íbamos al cine y a comer pizza, y ahora era un gay, un putito, como él me llamaba, un perrito sumiso que en cuatro patas y con la cabeza gacha, clamaba en silencio por la verga de ese hombre perverso que se había adueñado de mí… Lo vi quitarse la bata y después el pijama y el bóxer, para exhibirse ante mí con esa verga ya casi ...
... totalmente erecta… Chasquó los dedos y me dijo: -Vamos, perrito, acá, vení con tu Señor… Y fui hasta él desplazándome con las manos y las rodillas, ansioso de comerme esa verga… Cuando estuve ante él me dijo: -Hacé que se ponga bien dura, perrito, ponete de rodillas y usá las patitas… Obedecí sintiendo que mis mejillas ardían. Agarré la verga con una mano y los huevos con la otra y estuve a punto de caer por un fuerte estremecimiento que me sacudió entero… Tengo que admitir que le hice una muy buena mamada… Empecé lamiéndole esos huevos hinchados, seguramente llenos de semen, y después de sentir temblar y gemir a Mi Señor me dediqué a la verga, que estaba deliciosamente dura… Pasé mi lengua una y otra vez por toda su extensión y cuando llegaba al glande, que palpitaba, lo metía en mi boca para degustar su sabor durante un rato… Después volvía a los huevos y subía otra vez hasta la cima para finalmente chupar y chupar con la verga bien metida en mi boca… Y por último, el goce total con esos varios chorros de semen espeso y abundante que tragué mientras sentía los estremecimientos y el jadeo de MI Señor que me tenía tomado del pelo y repetía, sofocado: -Tragá, Jorgito… ¡Tragá todo!... ¡Todo!… (Continuará)