1. Tren hotel


    Fecha: 10/05/2018, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... fundieran decididamente en una sola.Podía sentir su respiración en mi cara, y nuestras narices se unieron al juego erótico de un beso, cuya pasión fue aumentando. No pudimos resistir más, y nos decidimos a un beso profundo y húmedo que nos unió. ¡Joder! ¡Qué bien besaba ese chico!: Con una ternura y una pasión increíbles.A poco andar, nuestras lenguas también se unieron en una sola, y juntas sólo podían pronunciar las palabras de la excitación, ese lenguaje de movimientos, respiraciones entrecortadas y miradas al alma. Me acarició mi cara cuando nos separamos un instante para mirarnos detenidamente. Le respondí recorriendo con mi mano su mejilla y su barbita:¡Era tan suave como parecía!El tren seguía su marcha y nuestro viaje privado, también. Seguíamos acariciándonos las caras y cerramos nuestros ojos. Sus dedos querían explorar mi rostro y después que obtuvieron un levantamiento de mis pliegues y curvas, quisieron explorar mi boca. Intrusamente, uno de ellos se abrió paso entre mis labios y le abrí la puerta. Me lengua recibió y saboreó tres de sus dedos, mientras mi mano exploraba su pecho y debieron detenerse en sus pezones, hinchados como dos granos de uva maduros, cuyas semillas deseaban salir y gemían por ser apretados y estrujados.Xose trabó la puerta y terminó la bajar la cortinita de la ventana, proporcionándonos un escenario propicio para seguir amándonos. El tren seguía su marcha y nuestro viaje privado, también.Ya había conseguido abrirle tres de los botones de ...
    ... su camisa, y acariciaba su pecho. Por encima de mi camisa, Xose rascaba mi espalda y nuestros gemidos eran la más clara demostración que estábamos por la labor de conducir nuestro tren hasta el final del trayecto, la felicidad.Una parada inesperada: El funcionario de los ferrocarriles que golpeó para revisarnos los billetes. Después de verificados, el conductor no deseó buen viaje, nos informó que viajaríamos solos hasta Sants, nos guiñó un ojo ycerró la puerta. Con Xose nos miramos y reímos. Él se encargó de trabar la puerta y se quitó su camisa. Le imité el ejemplo y desplegamos una litera. Me acosté sobre ella, Xose se puso sobre mí y seguimos besándonos yacariciándonos.Su pene batallaba por salir de su claustro y el mío también. Para no darles en el gusto de inmediato, los hicimos luchar entre ellos por sobre nuestros vaqueros, hasta que Xose bajó su mano y la metió dentro de mis pantalones. Como pudo, acarició mi verga ardiente desde su base hasta su punta. Bajó la cremallera de mis pantalones e hizo rodar su boca, recorriéndome con su lengua mi abdomen. Bajó mis pantalones y dejó mi inhiesta verga mirando hacia el cielo, ansioso de alcanzarlo.Su lengua exploradora recorrió mis vellos púbicos, conoció cada pliegue de mi escroto y emprendió una maravillosa marcha hacia arriba, hasta llegar a mi glande. Cuando alcanzó la cima, abrió su boca y engulló mi pene, con unaansiedad que me hizo retorcerme de maravilloso placer. Alcancé el clímax, el primero sin eyacular.Xose siguió ...