Observando a Anita con dos tipos - Relatos Eróticos

Observando a Anita con dos tipos

... miró a Carlos y ambos intercambiaron alguna seña.Carlos se levantó y tomó a Anita por los cabellos, arrastrándola hacia la habitación. La empujó de espaldas sobre la cama.Subió sobre ella y la penetró en la posición del misionero. Ana jadeó y abrió sus ojos en forma desorbitada sintiendo esa tremenda pija entrando y saliendo de su delicado cuerpo.Carlos se dedicó a su propio goce durante más de media hora. Se cogió a mi esposa como se le vino la gana. En forma lenta, luego enérgica, violenta y después suave. La hizo montar sobre ese mástil tieso y se la metió a fondo estando ella en cuatro sobre esa cama…La trató como a una verdadera puta. Se lo hizo decir a ella y se lo repitió hasta el cansancio gritándole en el oído, mientras no dejaba de cogerla.Hizo que Anita acabara dos veces y gritara desesperada como una perra en celo, pidiendo por más. Cuando le tocó acabar a él, lo hizo sacando su verga del culo de Ana y derramando toda su pegajosa leche sobre las nalgas de mi delicada esposa.David entonces acotó que ellos la pasarían mejor cuando se la metiesen por el culo a mi mujercita. Ella, ella riéndose algo nerviosa dijo que si le metían esas pijas por su cola la iban a dejar destrozada ya que ambas eran demasiado gruesas y siempre estaban duras como ...

... piedras.Carlos entonces me pidió que yo decidiera por ella: si le daban por el culo o no. Miré a Ana y les dije que por mi parte, no había problema…Los gritos de mi mujer cuando Carlos se la metió entera por el culo fueron terribles, una mezcla de dolor y de placer, pero parecían ser más de dolor que otra cosa…Carlos acabó adentro de su ano, con su verga bien enterrada a fondo.Enseguida la montó David desde atrás, de pie, empujando a Ana contra una pared. Esta vez Anita lloriqueó y aulló de puro dolor, indicando que la verga de ese tipo era mucho más grande y gruesa que la de su amigo.Pero a David no le importó nada, Le taladró el culo de manera salvaje, dando embates tan violentos que levantaban a Anita en el aire…Cuando acabó, se salió de mi esposa y ella quedó tendida en el piso, totalmente abatida y exhausta. Su entrada anal se veía enrojecida y muy dilatada; esta vez chorreando semen…Me acerqué a ella con sus ropas en mis manos y la ayudé a vestirse. Carlos y David se mostraron satisfechos con el desempeño de mi sensual esposa y me aseguraron que volverían a cogerla antes de que terminara nuestra estadía allí…Yo les dije que no habría problema. La única condición era que yo estuviera presente mientras lo hacían…Carlos se rio y me advirtió que lo pensaría…