África
Fecha: 16/05/2018,
Categorías:
No Consentido
Fantasías Eróticas
Autor: M.Goles, Fuente: CuentoRelatos
... lengüetazos suaves que fueron aumentando en intensidad y profundidad, introduce un dedo en mi trasero, ahhhh… luego dos, ooohhh, hasta llegar a tres, uffff, yo empujo mi trasero hacia él, una vez dilatado mi culito lo ensaliva y procede a meterme su pene. Creo no soportar más y llegar en un caudal incontenible cuando… Aaaayyyy, grito muy fuerte, José se paró, me pregunta que paso, yo casi llorando le cuento que algo pico mi pierna, José mira al horizonte y ya el grupo había continuado la marcha, y no de atrevió a llamarlo ya que él estaba semidesnudo y yo completamente en bola. Sube su pantalón y me dice, esperemos unos segundos que pase el dolor, pero el dolor no se va, se hacía más intenso y se me adormece la pierna. Ya prácticamente había oscurecido, José me vistió como pudo, vamos que parece que el grupo ya se marchó. Al tratar de incorporarme no logre hacerlo. El dolor aumento me devuelve al suelo, José se afana y pasa una de sus manos por mi rostro y dice: parece que tuvieses fiebre. En ese momento vemos que un nativo se nos acerca y nos dice: -hello José: yo no hablo inglés. El Nativo se toca la barbilla y alzando la mano, indica que ya regresa. Pasados unos minutos llega otro hombre, que le dice a José que habla muy bien el español, mi novio le explica lo que pasaba y le pregunta donde puede encontrar un médico, a lo cual responde hombre: Medico nativo de la aldea, poder preparar algo para que su esposa mejore. José: que bien, que tenemos que hacer. Ayúdeme a llevar a ...
... la joven a la aldea, es cerca. Unos minutos después y ya entrada la noche, llegamos a la aldea. José me lleva en sus brazos, le indican que me deje sobre lo que parece una mesa baja en el centro de la aldea y a unos pasos de una fogata. Al llegar un grupo de 8 o 10 adolescentes se nos acercan todos pendientes de José y de mí. Mi esposo pregunta por los hombres mayores: Están el la selva, en ritual sagrado. Sobre la mesa, estoy yo bañada en sudor, mi José con angustia en la voz le pregunta que si pueden iniciar. El hombre levanta sus manos en dirección a la fogata, dice algo que no entendemos, los adolescentes hacen un círculo en torno a nosotros, las ancianas más allá inician una especie de rezo. José levanta mi cabeza, pare que pudiera beber de un líquido oscuro que me pasaba el aborigen y me dice al oído: animo todo saldrá bien. Los jóvenes inician una danza de manera suave alrededor nuestro, busco con la mirada a José y ya no lo encuentro, al fondo suena un golpe de tambor que se repite más o menos cada 30 segundos, las mujeres, en su mayoría mayores, hacen sonar suavemente algo parecido a un cascabel. Schiiiii… El aborigen coloca una mano en mi vientre, aprovechando qué por la blusa esta descubierto, levanta una mano e inicia una especie de plegaria, luego con las dos manos toma un pequeño recipiente que le pasa uno de los jóvenes, una especie de aceite aromático, vierte parte del contenido en mi ombligo, masajea mi vientre, sus manos que se deslizan con facilidad debido ...