Del slip, volví al calzón estampado con monitos
Fecha: 19/05/2018,
Categorías:
Transexuales
Fetichismo
Autor: Nenuca, Fuente: CuentoRelatos
... cabello, para que posteriormente; me armaran los moños adornados con cintas. Agradeciendo a los esteticistas, por el maquillado de muñeca de porcelana que me dejaron estampado en el rostro, salí soplando mis uñas para secar el barniz; en tanto enfrentaba con orgullo, las sonrisas de los niños y las lascivas miradas de los adultos. En el paradero, nos aguardaba una van con vidrios polarizados, y al abordarla por la puerta de corredera; me esperaba con un beso y un abrazo, la mismísima Romina, ataviada y pintada al igual que yo. Durante el trayecto a nuestro "Segundo Hogar", nos sentaron frente a frente para entretenernos. Chupeteando nuestros respectivos lápices labiales, fuimos acariciándonos las mamas mutuamente. Al entrar en complicidad, sonrientes y solo con señas, procedimos a subirnos los vestidos y a sacarnos la ropa íntima. Con las piernas arqueadas y entrelazadas las suyas con las mías, cuales púberes; comenzamos a tocarnos el uno a la otra, los diferentes sexos. Como resultado, gemimos y reímos, al introducirle un par de dedos por la vagina y a su vez, ella me aprisionó con su mano las encogidas gónadas, logrando que se me erectara el pel pequeño pene. Tras divertirnos al hacer tintinear, respectivamente, los piercings del clítoris y prepucio, la Romina sacó de abajo del asiento, un alargado consolador con puntas en forma de glande en los extremos. Al estar el juguete sexual previamente untado en vaselina, en un parpadeo; mi compañera me tumbó de lado sobre la ...
... butaca, y esbozando una maliciosa mueca, introdujo la cabeza del dildo por mi ano. Enseguida, ella se recostó, colocando su trasero cercano al mío, y se metió la otra punta del consolador en el recto. Sintiendo un penetrante dolor, intenté en vano zafarme, al enredárseme los pies con el cinturón de seguridad del asiento posterior; situación que aprovechó la Romina para empujar su humanidad contra el dildo, logrando que éste, se adentrara más en nuestros esfínteres. De la Incomodidad inicial, pasé a regocijarme de placer con aquel señuelo de miembro masculino, que zigzagueaba dentro de mi colon. Gracias a las embestidas que me propinaba mi compañera, el pene de hule, avanzó internamente más allá, de la altura externa del ombligo; provocando, que llegara a tener arcadas de puro éxtasis y de que eyaculara líquido seminal. De pronto, se detuvo el furgón, y abrieron la puerta lateral, encontrándose con el espectáculo, de que la Romina y yo; estábamos unidas nalga contra nalga, sin poder retirarnos el consolador, por más empeño que hacíamos por pujar. -"¡Miren a las muy cochinas, que no se aguantaron las ganas de culear entre sí, antes de empezar a entusiasmar a la clientela con sus orificios..."! -Así nos dijo en tono de burla, la directora del internado y privado, Anne Marie, en tanto que yo; contemplaba embobadamente, aquella “Casita de Muñecas Gigante", en donde residiría desde ahora. Al igual que la Romina, no me acomplejé que el público callejero, nos viera semidesnudas y acopladas ...