1. La fiesta con las ricachonas de la ciudad


    Fecha: 21/05/2018, Categorías: Transexuales Autor: Mara, Fuente: CuentoRelatos

    Recuerdo ese año con mucho agrado, Lora y yo por fin lográbamos salir de fiestas cada vez más, dependiendo del lugar al que fuéramos decidíamos si iba de mujer o de hombre, aunque ya estaba muy feminizada a veces pasaba como uno más entre tanto melenudo de mediados de los 70s. Los jóvenes imitábamos a los gringos en su vestimenta unisex y eso me facilitaba mucho las cosas para jotear. Así una vez nos fuimos a una fiesta en la casona de un chico ricachón que no sé cómo pero, hizo amistad con Lora, la invitó y ella me coló a la fiesta. La gente más rica de la ciudad y sus infaltables lamepelotas estaban ahí, el ambiente era diferente a muchas de las fiestas a las que anteriormente habíamos acudido, chicas muy guapas, blancas de ojos claros, chicos igual, bebidas finas y hasta meseros, música de “onda” de buenos grupos norteamericanos se escuchaba en el potente equipo de sonido muy fino. Varios sofás y sillones por la inmensa sala, realmente era gente que sabía vivir bien, buenas botanas, de salmón con galletas, cremas condimentadas, paté y muchas cosas ricas para llevarse a la boca. Los chicos hablaban de tópicos interesantes, que los Beatles, del falso Paul, de la integración de la gente de color en Norteamérica, de Europa y sus últimas modas, de muchas cosas de las que Lora y yo no sabíamos casi nada. Ellos también hablaban de sus viajes a Norteamérica, que en Canadá esto, que en USA aquello, que en Ginebra no sé qué, que… Lora rápidamente se integró a su amigo y su ...
    ... grupito, yo me puse a deambular por la casona para conocerla, me di cuenta que los ricos de la ciudad vivían una realidad muy distinta a la de nosotros los pobres. Unas chicas muy hermosas reían en una palapa en el jardín, me acerque disimuladamente un poco, hablaban de hombres, reconocí a una de ellas como la hijita de un empresario para el cual mi padre había estado haciendo viajes de sus productos. Era una hija de españoles muy linda, delgada, con una cara preciosa y vestida a lo hippie con una minifalda que mostraba sus lindas y blancas piernas, arriba vestía una chamarra de gamuza con tiritas de cuero al estilo “apache”, el pelo suelto y lacio de color dorado que resaltaba sus ojazos verdes, calzaba unos finos huaraches amarillos con rojo muy originales. Noté que hablaban de su último viaje a Madrid y de un chico que la dejó loquita de amor. Las otras cuatro chicas eran igualmente hermosas, una que nunca había visto antes me llamó la atención por su belleza, de 1.65 de estatura, muy blanca y con el cabello lacio negrísimo y ojos color miel, de labios rojos, una beldad verdadera se llamaba Samdra, así con “m”, decía que acababa de regresar de Líbano, a donde había ido a visitar a su abuela. De pronto ésta chica notó mi presencia y al mirarme fijamente las demás voltearon sus ojos a mí. Me sentí apenada, una intrusa, me recorrieron de arriba abajo y una, la más alta se me acercó ¿Se te ofrece algo? Preguntó duramente. No, disculpa solo estoy conociendo la casa ¿Eres…? Julieta, ...
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