1. UN MOMENTO INESPERADO, parte II


    Fecha: 22/05/2018, Categorías: Voyerismo Autor: gaviao, Fuente: RelatosEróticos

    UN MOMENTO INESPERADO, PARTE II. Eran alrededor de las 6 de la tarde, ese momento muerto en Desire Resort, en el que ya no hay suficiente sol que justifique estar en la playa; en el jacuzzi corre demasiado alcohol y las conversaciones son a gritos y los restaurantes aún no abren para la cena. Mi mujer y yo, híper estimulados por la espontánea escena que acabábamos de vivir llegamos a la puerta de nuestra suite tomados por la cintura, sintiéndonos cómplices y en consecuencia, más cercanos que nunca. Alina pasó directamente a la terraza, para admirar el mar que lucía como un espejo de plata con el sol que le llegaba desde nuestras espaldas. Yo hice una escala por el frigo bar, tomé un botellín de vino espumoso y lo dividí en dos copas y seguí a mi esposa, ofreciéndole una de ellas. “Por Pablo, Valo y Josema, que deben seguir con el pito de piedra”, brindé. “Como el tuyo ahora mismo”, dijo Alina. Y haciendo a un lado mi pareo, tomó mi pene con una mano y vertió un poco de vino sobre él.¡La sensación del líquido helado y burbujeante en mi miembro palpitante fue sensacional!, aunque nada comparado con lo que pasó en seguida, cuando mi mujer se arrodilló frente a mí y su boca se abalanzó sobre la verga, engulléndola al menos hasta la mitad, intentando no desperdiciar ni una gota del espumante.Con maestría continuó con el “pito shot”, mamando, acariciando y bebiendo el vino, mientras yo rozaba el cielo recargado en la barandilla de la terraza. Cuando terminó su vino yo estaba ...
    ... deseando clavarle mi palo en su vagina, pero mi mujer tenía otros planes.Se recargó de espaldas en la barandilla y abrió las piernas. Con suavidad me quitó mi copa, casi llena y la comenzó a verter lentamente entre sus pechos. Un hilo del líquido corrió de inmediato por su vientre hasta llegar a la vulva, donde mi lengua ya esperaba ansiosa.Alina fue incrementando el caudal de vino, lo que me hacía difícil beber con la delicadeza inicial y terminé dándome un festín de espumoso y flujos vaginales que sabía a gloria. Ambos estábamos ardientes, disfrutándonos mutuamente.Mi esposa entonces se dio vuelta y se inclinó hacia adelante, con sus manos en la baranda, invitándome a penetrarla desde atrás, lo que hice no sin antes abrir sus nalgas con ambas manos y lamer concienzudamente su ano y su perineo, lo que la hizo arquear la espalda y emitir tres o cuatro largos gemidos.Me levanté y coloqué mi verga entre sus piernas frotando con ella su vulva, ayudado por mi mano.Alina también la tomó con una mano, urgiéndome a metérsela; pero cuando ya estaba por entrar en la vagina, yo me retiraba un poco evitando la penetración, hasta que ninguno de los dos pudo más y le sumergí mis 18 centímetros de carne turgente de un solo golpe. Un ronco “¡Ahhhh! Salió de su garganta, mientras sus nalgas me embestían con potencia en un mete-saca en el que yo no tenía ningún control.Me incliné hacia el frente pegando mi pecho a su espalda y tomé ambas tetas entre mis manos, besando su cuello y detrás de sus ...
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