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AHORA SI, ME ENCANTÓ ESTAR DEL OTRO LADO
Fecha: 28/05/2018, Categorías: Intercambios Autor: rafles69, Fuente: SexoSinTabues
El calor pegaba durísimo en aquellas bodegas de lámina, era pleno verano y no se veía que esa ola cálida que nos azotaba fuera a parar. El día había estado cargado de trabajo y se había ido más rápido que la juventud de una distraída anciana de 90. Caminaba entre las estibas y los racks de materiales tratando de detectar algún producto que estuviese con bajo inventario. Las botas se me llenaban de polvo y suciedad, “estos muchachos nomas me dicen que sí, pero nada que recogen como se les ordena”, pensé. Acomodé unas tarimas mal colocadas que representaban un peligro potencial y recogí del piso algunas tiras de cinta y pedazos de cartón. Llegué a los vestidores que también eran un desastre. El presupuesto no alcanzaba para pagar una persona de limpieza y a las claras se notaba que los chicos eran enemigos de la higiene y el orden. Abrí la puerta del baño y me detuve a orinar en un urinario más deteriorado y sucio que los del estadio de fut bol. Voltee a un rincón de la estancia justo donde se ubican un par de lockers y vi que uno de ellos estaba abierto mostrando el contenido de su oscuro interior. Eran cientos de revistas que se desparramaban por todo el piso. “Revistas culturales no han de ser”, me dije a mi mismo. Me acerqué al montón de papel y empecé a hojear algunos ejemplares, “Tu Mejor Maestra”, “La Maestra”, “Calientes”, “Ruta 69”, “Las Cariñosas”, “Swingers”, “Esposas y Novias” y muchos títulos mas. La mayoría exhibían fotos amateur de mujeres desnudas y ofrecían ...
... secciones de contactos. Supuestamente eran esposas y/o novias de los participantes. No dude que así fuese pues no parecían modelos profesionales. Otras mas, traían hard core del mas rudo. Las regresé a su lugar; “no vaya a ser que Salomón me encuentre viendo sus porquerías y mi imagen y prestigio se vean afectadas” pensé lanzándolas suavemente al montón. Me sacudía las manos y salí anonadado. Afuera me encontré a Salomón nuestro almacenista quién frotándose las manos y con una mueca de sorpresa me dijo – ¿Qué pasó Inge. ? ¿Se le perdió algo por acá? Fingí no escuchar y seguí de largo a mi oficina. Mi secretaria me preguntó dos o tres cosas relacionadas con el trabajo y me preguntó que si me pasaba algo, que traía la cara muy roja y los ojos muy irritados. – Debe haber sido el polvo – Silvita, le respondí. Tiempo después me daría cuenta de que Silvia también era fan de tan fina literatura pero esa es otra historia. Nos dieron las dos de la tarde y yo seguía trabajando. Normalmente teníamos dos horas de comida pero ese día no traía prisa por regresar a casa pues mi esposa se había ido de visita con sus padres llevándose a los chicos que faltaron a clases. Debe haber sido un viernes. Yo seguía turbado por las revistas que había visto y por más que me mentalizaba no podía abatir una erección que iba y venía. Los chicos y mi secretaria se despidieron de mí y cerraron las cortinas de la bodega. No tenía sentido tener abierto el negocio pues ningún cliente recolectaba sus productos ...