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Los masturbadores de Tokio
Fecha: 01/06/2018, Categorías: Confesiones Información, Autor: Zaratustra, Fuente: CuentoRelatos
... en medio de multitudes de gente. Posteriormente salió un artefacto de plástico que simula unos labios vaginales y de otro compartimento salió una botella de aceite de especias con el cual te untas el pene como lubricante. Con una erección a tope metí la verga en la vagina artificial y en menos de un segundo esta se activó empezando un masaje de pija mucho más placentero que el mejor oral que una chica me haya dado en mi vida. La sensación es casi de estar siendo exprimido u ordeñado y mientras empecé a realizar los movimientos copulatorios me di cuenta que el aparato cuenta con una lengua que te va masajeando los huevos mientras metes y sacas la verga de la vagina artificial. Todo eso mientras a tu alrededor hermosas mujeres pasan en todas direcciones justo al lado tuyo. En esas andaba cuando sucedió lo mejor. Una chiquilla de unos 18 o 19 años con uniforme escolar entro al masturbatorio contiguo. Se desnudó frente a mi (el cristal que une los 2 sarcófagos no es de espejo) y por ser ella mujer del dispositivo no salió una vagina sino un vibrador con goma verde. Como si fuera lo más normal la chica se colocó de forma que ambos quedábamos frente a frente mientras cada quien era estimulado sexualmente por un dispositivo que rebasaba el placer que dos cuerpos de carne y hueso se pueden dar. ...
... Varios minutos después la chica empezó a decirme algo que no lograba entender. Probé con mis idiomas pero al parecer la chica no hablaba más que japonés, pero a señas me hizo comprender que apretara cierto botón que tintineaba en el panel de control. Lo clickee y el cristal que separaba ambos 'sarcófagos' se abrió dejándome frente a frente y al alcance de una jovencita que pedía placer a gritos. En ese momento di un paso adelante y con la verga tiesa como piedra y con las venas saltadas coloqué mi animal entre sus piernas simulando un coito por sobre su mojada y caliente concha mientras nos fundimos en un beso lascivo viendo pasar a toda esa gente a un lado nuestro. A los 3 minutos ella empezó a venirse una y otra vez y mi pene ya sin poder aguantar expulsó el lechoso vómito sobre su esplendoroso cuerpo. Acto seguido se visitó, sin limpiarse nada del semen que traía embarrado y se marchó dejándome viendo estrellitas y exhausto por la intensidad de mi orgasmo. Lejos de ser un mito urbano, los masturbadores llegaron a Tokio para quedarse. Son un excelente lugar para mantener un encuentro sexual totalmente anónimo y sin ningún esfuerzo. El que entra allí sabe lo que quiere y sabe a lo que va. Una brillante idea de la ciudad de Tokio que espero un día se exporte al resto del mundo. Saludos