1. Por amor a la familia (día cinco - parte tres): La oficina


    Fecha: 04/06/2018, Categorías: Transexuales Incesto Autor: lesliefer, Fuente: CuentoRelatos

    ... casual, cosas triviales, pero que para mí eran complicadas, preguntas tan simples como “donde estudias?” Eran difíciles de responder, ya que yo apenas tenía un día de nacida, no había una historia detrás de esta chica, todo lo contestaba espontaneo, afortunadamente sabia el nombre de la escuela de mis primas, pero en sus suposiciones él pensaba que yo tendría algunos 16 años, esto me puso a pensar, tan joven me hace ver este atuendo? Es acaso el maquillaje? Obviamente no tenía una estatura alta para ser hombre, pero no había detalle alguno que delatara mi situación? Su charla casual se fue tornando más directa, me estaba coqueteando, cuando me percate de la situación, yo estaba recargada contra una pared y el me platicaba muy cerca, mis respuestas eran casi monosilábicas, estoy segura que el intentaba besarme. Le puse como pretexto que tenía que ir con mi papa, a lo que él me dijo que ojala un día pudiéramos vernos, me dio una tarjetita con su teléfono, la tome y me fui rápidamente a la oficina, ya ahí, pensé en algo: “pero que atrevido!, coquetear a la hija de su jefe” pero algo hacia que ese atrevimiento me hiciera sentir ligeramente… atraída. No estuvimos mucho tiempo más, cuando vi el enorme reloj sobre la pared me di cuenta que ya eran casi las dos de la tarde. Salimos de la oficina, fuimos al auto, todo ya era casi normal, mi día se estaba haciendo como un día común, con la diferencia que casi todo el tiempo estaba excitada, ya que casi todo me recordaba que estaba ...
    ... como chica. Íbamos por las calles, pero la ruta no era hacia la casa, era otro rumbo el que tomábamos, hacia donde íbamos ahora? Sabía perfectamente donde estábamos, eran los rumbos de mi escuela, pero a donde nos dirigíamos, acaso íbamos a… noooo… no ahí, no por favor!!! No quería pasar por ahí por el miedo a que alguien de casualidad me viera por la ventana y me reconociera. Nos detuvimos justamente en mi escuela, era precisamente la hora de la salida, me ordeno que me bajara del auto y fuera hacia la puerta de la escuela como si esperara a alguien, esta vez sí le rogué que no lo hiciera, era demasiado riesgoso, podría ser identificada, a pesar de no ser muy popular, era evidente que la gente me conocía ahí, insistí casi llorando que nos fuéramos mientras trataba de acariciar su mano suplicando por mi situación. Entonces me volteo a ver, después de tanto tiempo de estar con él, vi una expresión en su rostro, pero no era agradable, estaba molesto, me dijo en tono muy muy serio, como forzándose a conservar la calma: “mira Pamelita, ya me estoy cansando de tus negativas, eres una malagradecida, te he dado todo lo que has querido el día de hoy y tú no dejas de quejarte, así que bájate del carro y obedece!” Me quede en shock, a punto de llorar, abrí la puerta con titubeo, siempre volteándolo a ver esperando me perdonara, como una perrita suplicando a su amo, pero su expresión era inmutable. Me baje del auto, cruce la calle con cuidado y entre a la explanada de la escuela, desde ahí ...