Egipto (II)
Fecha: 06/06/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... auténtica perra en celo. Pero sin duda algo tramaban. Agmed me dijo que si comenzaba jugando yo sola, ansiaría más el calor de un buen pollón en mi culo y en mi chocho, y que no fuera impaciente pues los efectos del retchuk, que así se llamaba el brebaje, irían aumentando hasta volverme casi loca. Sin demasiado convencimiento, pero carcomida por el ansia de ser penetrada, comencé a introducirme el raro artilugio y pude notar como mi coño apretaba con virulencia el mismo, hasta casi estrangularlo. Luego de un rato de sexo en solitario, dos de los chicos se acercaron a mí, me tumbaron boca a arriba y me subieron las piernas hasta tocarme con las puntas de los dedos los hombros. Luego, uno por adelante y otro por atrás, comenzaron a chuparme el culo, el clítoris y el chochete. Fue la comida más maravillosa de mi vida. No recuerdo las veces que pude correrme. Lo que sí recuerdo es que gritaba como una auténtica puta que quería que me penetrasen todos, que no pararan, por todos los agujeros, que me moría si no me follaban ya. Durante veinte minutos me chuparon todo mi cuerpo, y de vez en cuando, me insertaban aquel pepino rugoso por el culo y el coño, y yo podía notar que entraba sin que prácticamente me enterase. Tenía tal grado de dilatación y de excitación, que ni tan siquiera esas impresionantes siete pollas podrían calmar mi ansia. Cuando menos me lo esperaba, pues pensaba que nunca iba a ser penetrada como dios manda, me pusieron a cuatro patas y comencé a ser follada por ...
... el culo con mucha fuerza. La penetración fue increíble, y yo no para de pedir mas y mas. Poco a poco, los siete machos fueron follandome por todos los agujeros de mi cuerpo y cada vez que me follaban mi cuerpo pedía algo mas fuerte. Mis chicos, impresionados con mi necesidad, decidieron probar nuevas soluciones. Me montaron sobre uno de ellos y otros dos me la incaron por el trasero. Al principio me dolió un poco pero pronto mi ano se acopló y admitió sin demasiado esfuerzo las dos pollas que de forma salvaje se movían de adelante a atrás. Yo no paraba de chupar todo aquello que se me acercaba a la boca y pude saborear todas las vergas. Los chicos me metieron dos pollas por el culo y otras dos por la concha mientras los otros tres se corrían en mi boca a la vez. Era increíble. Así estuvimos más de tres horas. Mi cuerpo estaba extenuado pero mi coño pedía más y más. Fue entonces cuando mis chicos, que ya se habían corrido al menos tres veces cada uno, pensaron que carachón podía hacer el resto. Me llevaron en volandas hasta donde estaban los camellos ( ya que no podía prácticamente andar) y una vez allí, me colocaron bajo uno de ellos. Agmed comenzó a acariciarle los cojones al camello, mientras le pajeaba lentamente. En pocos minutos del pellejo del animal salió un cipote inmenso. Como cinco veces en de cualquiera de mis machos. Me hicieron ponerme a cuatro pero con el culo en pompa y dos de los hombres me abrieron con los dedos el ano. Agmed cogió el tremendo falo del camello ...