Yo se la di bien duro a María Teresa
Fecha: 11/06/2018,
Categorías:
Hetero
Autor: Diego Cuero, Fuente: CuentoRelatos
Ahora quiero contar lo mío. Tanto me gusta María Teresa, su cuerpo grandote, sus hombros anchos, linda, rubia de melena, fina, elegante, esa pintura de labios, esa campera de cuero, que no sólo me gusta escribir de ella. También darle con furia y locura y hacerle sentir quién soy yo, yo y mi pene bien duro y grueso como salchichón y mortadela. Así me excité con ella desde que la vi, y por eso le pedí a Estela el número de ella para llamarla y hablar. Teli me lo dio, la llamé un miércoles y María Teresa, dulce, sociable, que ya tenía onda conmigo cuando alguna vez fui a lo de Estela a merendar, me atendió bárbaro y re copada me dijo que me invitaba a merendar en su casa. Se me iba a cumplir la fantasía de ver a esa fina y linda mujer, gorda y excitante. Me bañé, me puse perfume exquisito, campera de cuero, pulóver, pantalón negro, zapatos y fui hasta lo de María Teresa, que me recibió re dulce con un beso y me hizo pasar al comedor. Ya de entrada estaba excitado por el baño, el perfume y mi ropa, y cuando la vi casi me hago encima el calzón: María Teresa, muy elegante, vestía blazer y pollera negra, tacos y lo mejor, estaba muy maquillada con un fuerte aroma a pintura de labios y perfume, y sobre todo, lo que me excitonea, olorcito a crema de las manos. La gorda me acompañó al comedor y me preparó café con leche, tostadas, queso blanco y mermelada. Y mientras yo le daba a las tostadas de pan negro, charlaba con María Teresa, que dulce me ofrecía una tostada, me la untaba con ...
... queso o mermelada, y me charlaba con muy buena onda, simpática, charleta, fina. Fue pasando la merienda y yo pensaba y pensaba qué hacer para cumplir mi fantasía de darle con tutti, porque María Teresa, su belleza, elegancia, cuero, pintura, cremita me supersacan, más si estaba dulce y me dio merienda. NO sabía cómo hacer, pero igual me ratoneaba y ratoneaba con todo, cada vez más y más. Le pregunté por si usaba lápiz de labios, qué color, maquillaje, ropa de cuero, y ella me contó nomás todo. No le qise preguntar cómo quedó embarazada de sus tres hijos (aparte de Annabella, tiene a Gabriel y María Eugenia Mariu). María Teresa levantó todo, guardó, acomodó y volvió adonde yo estaba, aún pensativo de cómo darle. Y ahí ella me empezó a dar pie, contándome cosas de Estela, suyas, empezamos a hablar intimidades, de mi sexo y demás, ella es sobria pero acá se fue de mambo. Fui subiendo de temperatura, la tipa me iba sacando de las casillas. AL final, entre la presencia de María Teresa, su elegancia, pintura, cremita, la merienda y mis ratones, empecé a acosarla. La piropeé, la empecé a mimar, le pedí un beso y se lo di en la boca. La mujer se sorprendió pero no me dijo nada, le pedí otro beso y me lo dio en la cara, limpiándome la pintura de labios que me dejó. Excitado, le pedí el lápiz de labios para probar pero ella no quiso. Quería hacer cualquier cosa, pero no sabía qué. Al final no me importó nada y al sentir que el pene me crecía en mi pantalón y se me ponía grueso, exploté. ...