1. Mari Carmen, una madre muy ardiente. 3.


    Fecha: 13/06/2018, Categorías: Incesto Autor: hagen2012, Fuente: SexoSinTabues

    ... corto por debajo y estrecho por arriba, de esos que marcan las piernas y los pechos. -Voy a tener que comprar ropa- se dice, atribulada. Y se pone el nuevo traje, limpio y sexy. Sus piernas quedan bastante al descubierto y sus grandes tetas también, pero espera que Pablo sepa controlarse y que respete sus deseos de abstinencia. Por último, se calza sus sandalias de andar por casa y se dirige a la cocina. -¡Pablo!- exclama la madre, al ver a su hijo en la cocina. Pablo, por suerte, está vestido, pero a través de sus pantalones se adivina el increíble tamaño de su miembro. Mari Carmen intenta no fijarse demasiado en el paquete de su hijo y lo mira a los ojos, reprendiéndolo con la mirada. - Vete de aquí, Pablo- le dice, resistiendo el deseo que la impulsa a desnudar a su hijo y a comérselo a lametones- Se acabó. Nunca más haremos…eso que hemos hecho hoy…olvídalo y yo lo olvidaré también. Por favor. Hazlo por mí. Pablo mira las piernas de su madre, le mira las tetas, desbordantes bajo el traje. La polla se le hincha, pletórica, imparable. Se ha corrido varias veces ese día, pero su potencia, su juventud, son tales que su deseo sexual parece ilimitado. Solo piensa en follar, y sobre todo, en follarse a su madre de nuevo. También él siente algunos escrúpulos al desear a su propia madre, pero su polla ha tomado el mando de su cuerpo y parece que no va a cederlo con facilidad. -Mamá, por favor…- susurra Pablo, acercándose a su madre- Por favor…mira…como estoy…mira esto…no ...
    ... puedo…contenerme… Y al decir estas palabras, se saca la polla y la muestra a su madre. Mari Carmen, boquiabierta, contempla la hermosa, potente, gruesa y endurecida verga de su hijo y siente que el ardor más excitante y placentero se instala en su entrepierna. Sin embargo, resiste: -Nooo…no…otra vez no, Pablo, no lo vas a conseguir…fuera, vete de aquí… ¡vete!- le dice a su hijo. Pablo advierte la determinación en la voz y en la mirada de su madre. Contrariado, se guarda el miembro en los pantalones y, con la cabeza gacha, se va de la cocina. -Uf- suspira Mari Carmen cuándo oye al fin el portazo que da Pablo en su habitación. Se siente orgullosa por haberse podido contener y por haberle parado los pies a su hijo. Sonriendo, se pone a hacer la cena, no sin antes constatar que, de todos modos, un rescoldo de aullante deseo aún hierve en su coño, mojándola de deseo. La noche avanza y mientras Mari Carmen trajina en la cocina, arriba, en la habitación de Pablo, el ansioso quinceañero, buscando el alivio para la presión que amenaza con hacerle reventar la polla, se baja los pantalones y, sacándose la verga, empieza a masturbarse. -Mmmmhh…- jadea, con los ojos cerrados, imaginándose a su madre desnuda. -Oohh… Su mano derecha baja hasta el tronco de su polla, se enrosca en ella y empieza a subir, lenta y suavemente, hacia arriba, hasta alcanzar el tembloroso y enrojecido glande, que luce una perla gloriosa de transparente jugo en su punta. -OH, si…mamá…sigue…sigue…- gime con voz muy baja ...
«1234...15»