1. Encuentros con Sofía (Cap. 2)


    Fecha: 28/09/2017, Categorías: Incesto Autor: andrewotero, Fuente: CuentoRelatos

    ... abrieron sin poner resistencia. Mis manos se separaron de su rostro y la mano izquierda la coloque tras su cabeza, como para impedir que se escapara de mí, mis dedos se entrelazaban con su cabello, mi mano derecha la bajé hasta su cintura, la tomé de atrás y la apegué hacia mi cuerpo, pude sentir sus firmes pechos contra el mío y también logré que ella sintiera en su vientre mi duro miembro, que se encontraba loco por ella, en su vientre, porque nuestra diferencia de estaturas así lo permitía. Mientras nuestras bocas exploraban los más recónditos lugares el uno del otro, Sofía no abría los ojos, yo cerré los míos para concentrarme en nuestro pecaminoso y prohibido beso. Sentí como Sofía colocó sus manos que en principio colgaban al costado de su figura, llevarlas sobre mi cuello mientras acariciaba mi cabello. El beso era apasionado pero dulce, no forzado, cómplice de los dos, sus caricias no pasaban de mi cabello y cuello, yo igual de su cabeza y su cintura no salía a explorar otros lugares, no me atrevía, quería disfrutar ese beso, ese dulce y candoroso beso, un beso como ningún otro, que nadie jamás podría borrar o al menos igualar. Por fin, nos faltó la respiración, nos quedamos rostro contra rostro, con la respiración agitada, nariz contra nariz, ninguno decía nada, solo nuestras respiraciones entraron en un compás unísono. Mi mano en su cintura sentía la suavidad de su blusa por fuera de su falda y el nudo de su delantal, la acariciaba suavemente, bajé mi otra mano y ...
    ... con las dos acariciaba su cintura. Sofía todavía con sus manos sobre mis hombros, nos quedamos por un momento así. Sofía bajó sus manos a mi pecho, lo acariciaba e intentaba controlarse el intentar desabotonar mi camisa. Nuestros cuerpos pegados por la cintura, solo topando nuestros rostros jugando suavemente con nuestras narices. El silencio invadía la habitación, ahora solo se escuchaba que algo hervía en la cocina, nos habías olvidado que estaba cocinando y había ollas al fuego. El olor a quemado, nos hizo entrar en conciencia. Sofía se soltó suavemente de mis brazos, sin decir una palabra, se giró para pagar la cocina y retirar la olla quemada del fuego. La sentí girar sobre sí misma, mis manos en su cintura todavía, la recorrieron toda mientras giraba, y quedaron a sus costados. Yo, la tomé por la espalda y la apegué hacia mí, le hice sentir mi duro miembro en el inicio de sus caderas, la abracé completamente por la cintura y puse mi rostro en su cuello. Su perfume mezclado con su aroma de hembra excitada era embriagante, ella puso sus manos sobre las mías, no para separarlas, sino para sentirlas. -Te amo mucho madre, le dije -Una madre y un hijo no deben hacer lo que acabamos de hacer... me dijo -Te amo mucho Sofía, le dije entonces -¿Te das cuenta lo que acabamos de hacer? Replicó -Me he dado cuenta que tú también me vez como hombre, no como un hijo solamente, yo a ti te veo como mujer, la más hermosa mujer, te amo Sofía, le dije nuevamente. -Esto está mal, pero no puedo ...
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