Cambio de Mentalidades - Relatos Eróticos

Cambio de Mentalidades

... pajearme, y a besarme mi polla sin que ellas lo notaran, yo estaba profundamente excitado, y no me podía contener, ella lo sabia y nos dirigíamos para nuestra habitación pero mi excitación era tanta que me la cogí, la levanté, la encosté contra la pared y empezamos un mete saca, en hall que daba a la cocina, pudiendo ser visto en el acto por las chicas. Cosa que tenía que pasar pues Lucia se lo estaba pasando bomba y se sacó una opera de primera, no paraba de gritar, aquel había sido mi mejor polvo con ella sin alguna duda. Al terminar las chicas nos aplaudieron, joder lo estaban vendo todo, me quedé con un extraña sensación. Por la tarde nos fuimos a la famosa cala, y me agradó mal estacionaba el coche, pues al lado estaba un mono volumen de donde estaba saliendo una familia de holandeses que sin pudor alguno se estaba desnudando allí a nuestra frente, las chicas se quedaron embobadas con el pito de uno de los chicos y yo, me quedé alucinado con los melones y con el cuerpo de la chica, probablemente hermana de los chicos. Tenía unos ojitos azules y un pelo entre rubio y platino, no debería tener más de unos 18 años pero era una pasada. Les imitamos y nos quitamos la poca ropa que llevábamos puesta, pude ver como los dos chavales miraban a las chicas con lujuria, uno de ellos se animó bastante. En la playa tuvimos dificultad de escoger un sitio, no por falta de espacio, si no por que Mónica quería ir para cerca de los holandeses yo quería ir para cerca de unas morenas que ...

... había de cortar la respiración y algo mas, al final las mujeres ganaron la batalla y nos quedamos al lado de la familia holandesa. La playa no era muy grande pero, era tranquila, no había mucho agobio, ni mirones, era una playa familiar, de echo estaba llena de familias casi todas extranjeras. La playa tenía un cancha rudimentar de voley, y los chavales holandeses me invitaron para jugar con ellos y con su padre, hablaban bastante bien el castellano. Sentí una extraña sensación, pues era la primera vez que jugaba voley desnudo, es bastante agradable, lo aconsejo a todo el mundo. Jugaban muy bien ellos, y mientras jugábamos pude ver como las chicas hacían migas con las chicas de la familia. Estuvimos jugando bastante rato hasta, que llegaron las chicas, en ese momento estaba jugando yo con el señor Van Beld, el padre, y estábamos ganando 18-15, y aquello iba en serio, las chicas empezaron a hacer un poco de claque por todos, y me encantó cuando Sandra empujaba por su padre y por mi, al final perdimos pero lo importante era que teníamos nuevos amigos, y yo ya me había olvidado que no llevaba nada puesto y hacia como si llevara así toda la vida, invitamos a los holandeses para cenar con nosotros. Fue una velada muy interesante, ellos eran naturistas, de toda la vida, e iban siempre desnudos en su casa y donde podían, me encantaba mucho la filosofía de vida del señor Van Beld. Al terminar la noche parecía que los conocíamos desde hace años, nos cayeron tan bien que no dudamos en ...