-
Cuanto se de mi vecinita y tú (mis fantasías)
Fecha: 14/06/2018, Categorías: Fantasías Eróticas Voyerismo Autor: abiamen, Fuente: CuentoRelatos
Imaginando mi vecina contigo. Ella es morocha pelo largo ojos color café y muy simpática, viste bonita, su cola bien nalgona es su atributo más llamativo, es en general lo que una diría gordita pero firme, tiene 22 años y va a la Universidad de medicina, vive sola en la casa enfrente. Me la imaginó bien guerrera, son varios los hombres tocan su puerta y pasan un rato... algunos podrán ser compañeros de Universidad pero otros como tú no lo creo. Ella te abre con sus calzas grises que resaltan sus nalgas que absorben la tanga diminuta que vas dispuesto a quitarle, porque no llevas más que la llave de tu coche que estacionaste a dos cuadras teniendo lugar enfrente. Ya desde la puerta besos que los ponen cachondos y se dirigen de la sala a la cama directo, en su dormitorio color rosa con aroma a incienso intenso afrodisíaco. Tu camisa se comienza abrir, ella de rodillas en la cama saca cada botón de su ojal mientras vuestros labios se confunden en besos apasionados de dos personas dispuestas a disfrutar de sus cuerpos hasta el final. La camisa tuya ya en el suelo, su blusa y su corpiño rojo también, dan paso a sus manos en tu pantalón, para liberar el pene que ya tienes con una deliciosa erección, que ella confirma pasando su lengua por tu glande e iniciando el sexo oral bien profundo. Entre cierras los ojos y te entregas al placer, ...
... contemplando por el reflejo del espejo esas nalgas que parecen explotar de exuberancia. Tus músculos se endurecen te pones en el punto de máximo placer, sientes que vas a estallar pero no puedes evitar ir a liberar esas nalgas. Ella se voltea y termina de desvestirse llamándote "Papito", pone su cola frente a ti y te exige que tus dientes sean quienes le quieten la tanga. Hundida entre esas nalgas redondas tu boca se hace lugar para quitar el diminuto hilo rojo que parece no liberarse de esos cachetes, todo libre Papito ahora sí, todo lo tuyo adentro, ella empapada cabalga arriba, dejando que su cuerpo descargue todo el placer y la lujuria sobre tu pene a apuntó de estallar. Los gritos de ella y gemidos parecen hacer vibrar la habitación estas dándole fuerte, tanto que me parece sentirlos desde aquí, ella lo goza inmovilizándote cuando quieres cambiar de posiciones para estirar aquel momento, pero tu pene estalla y tus glúteos se aprietan queriendo sentir todo aquello adentro en placer. Como una gatita se enrolla en tu cuello y lentamente dejan que la respiración baje y con besitos en tu cuello se levanta envuelta en sus sabanas y se dirige a la ducha. Minutos después desde mi ventana puedo ver que tu sales de su casa saludándola en la puerta, ella envuelta en una bata blanca. Ahora ya sabes, soy quien vive en la casa de enfrente.
«1»