El placer de mis desayunos de leche de crema - Relatos Eróticos

El placer de mis desayunos de leche de crema

Después de estar varios días en la enfermería con mis puntos en mi trasero, me volvieron a llevar a la celda, junto a mi dueño y señor Pepe el se quedo muy sorprendido cuando me vio entrar, entre muchas cosas que hablamos me pregunto, porque no había dicho que había sido forzado para que no saliera la porculada en mi expediente, le dije que había llegado a un acuerdo con el medico y que en el expediente saldría accidente por caída en las escaleras, primero me dio las gracias, porque de esa forma, saldría en los 60 días que le quedaban de condena, pero luego le invadió los celos y me pregunto a que acuerdo había llegado con el medico, y le dije que era personal, pero era lo mejor para los dos y de todas formas tu hasta que te vayas me vas a dar mi ración de leche de crema si quieres claro. El todo serio me dijo no me vas a dejar follar a lo que le dije hasta que no me quiten los puntos y lo dictamine el medico no, pero si te folla el antes que yo me lo dices para rajar su cara bonita, no te preocupes te lo diré aunque su polla es minúscula, y se corre más rápido que un adolescente. a partir de mi vuelta a la celda los días en el infierno se hicieron tan cortos como las mañanas y las noches salía a 3 mamadas al día, desayuno con néctar de crema con Pepe, postre de crema de leche después de comer a la misma vez que el medico me ponía enema en el culo, mientras cicatrizaba mi culo y por la noche to vuelto en celos Pepe me revisaba el culo conformarse con otra mamada profunda. ...

... Cuando uno esta dentro del infierno, todo lo que hace, todo lo que ve se convierte en habitual, y ves normal todo lo que te sucede, a las tres semanas el medico me dijo que mi culo ya podía ser penetrado pero con prudencia, que lo mejor sería que el fuera el primero ya que su pene era pequeño y fino, a lo que yo le dije que vale, pero que usara condón para no dejar rastros y mi novio Pepe no lo supiera, pues todas las noches me repasaba, y temía más por su vida que por la mía. En el gimnasio mi cuerpo empezaba a estar más definido, Lolo me presento a Raul para que empezara hacer ejercicios de barra, normalmente Raul me daba las indicaciones, y se iba pero un día que Pepe no pudo ir, se acerco y me dijo, as hecho ya los estiramientos y calentamiento de los músculos le dije que si, vale hoy te voy a poner en barra fija te parece, lo que tu digas le conteste. Raul era lo que toda mujer desea fisicamente, casi dos metros de alto, grandes pectorales, formas musculosas en los brazos, ni un dedo de grasa en en ningún sitio, en esos momentos olía a sudor, depilado en las axilas, en fin me cogió del hombro, y me llevo hacía un recodo del gimnasio que nadie nos podía ver a no ser que fuera expresamente a ese sitio, había una barra fija de hierro redonda que cruzaba de pared a pared, me cogió por detrás con sus manos anchas, y me levanto como si una pluma fuese, me dijo estira los brazos y agarra a la barra, en todo ese proceso, note su pecho en mi espalda y su pene rozando primero mi ...