1. Contándole a una amiga mis aventuras


    Fecha: 16/06/2018, Categorías: Gays Confesiones Autor: Lewis, Fuente: CuentoRelatos

    ... los huevos y pega un suspiro enorme. La verga de Felipe es tan grande que sale arriba de mi cabeza al besarle la base, el grosor es tal que mis dedos medio y pulgar quedan como a dos centímetros de distancia sin poder cerrar. El glande es rosadito y termina en punta, tiene una piel tersa, pero se siente gruesa y comienzo un sube y baja con ese pellejito sabroso que comenzaba a estar bañado de precúm. El Felipe se abría de patas para que me colocara en medio de ellas y pudiera tragar su sable por completo y luego darle unas buenas mamadas a sus huevos. Mamándole los huevos estaba y mi lengua se fue a recorrer su ano. Es un culito de lo más lampiño, ni un solo pelo en todo eso y en el pubis lo llevaba bien recortado. Hasta tembló al pasar mi lengua por allí, sus piernas se posicionaron en mis hombros y pude sentir lo gruesas que eran sus pantorrillas. Seguí como por 15 minutos mamando todo ese manjar de joyas, la verga, los huevos y el sabroso culito. Subí hasta succionar sus pezones y besar su cuello. El chico estaba totalmente entregado a mis caricias. Y por ende me encontraba sobre él. Mi verga estaba rozando su culito y jugaba a bombearlo por encima de su culo y apretar contra sus huevos. Él tenía las piernas abiertas por completo y fui metiendo mi glande en su apretado culito, al principio me dijo, NO, muy serio; pero como yo solo lo punteaba se dejó. Poco a poco fui entrando en él, estaba bien socadito; en verdad era su primera vez con alguien y luego él solito se la ...
    ... fue metiendo al levantar su trasero de la cama y jalarme con sus piernas. El chavalo lo estaba gozando e intentó agarrarse su verga para pajearse y no lo deje. Yo quería que él también experimentara lo que era penetrar y no quería que bajara su calentura. Luego de un rato bombeándolo, le tomo una de sus piernas y sin sacarle la verga lo coloco de a perrito y el bombeo fue más fuerte. Sin acabar, me salí de sus entrañas y ahora fui yo quien se colocó al estilo misionero y ayudándole con mi mano, lo fui guiándolo para que me penetrara. El chaval, comienza con un ritmo frenético y hago que baje el ritmo. Le mostré lo sabroso que es gozar de un buen mete y saca cadencioso. El chavalo me duró como veinte minutos más, tiempo en el cual me penetro de perrito, de lado y al estar arrodillado de frente a mí me sacó de un solo la verga y comenzó a lanzar fuertes chorros de esperma que incluso me cayeron en mi cara un par y allí pude degustar su sabor. Felipe sudaba a mares, se recostó sobre mi pecho y aprovechando su posición, con mis piernas cerré un poco las de él y mi verga quedó aprisionada justo bajo sus huevos y frotándome en él Yo también lancé los chorros que bañaron sus nalguitas respingonas con mi semen. Fue sabroso. En los meses siguientes tuvimos muchos más encuentros. Ahora tiene unos 25 años y está feliz y casado. Pero cuando quiero tocarle sus nalguitas o la riatota que carga, no pone ningún pero. Siempre me dice que fui su primer hombre y su primera vez. Espero te haya ...