Mi primo 11 y yo 16 quinta parte
Fecha: 19/06/2018,
Categorías:
Gays
Autor: leeyoungjee, Fuente: SexoSinTabues
-Ya veo que le heredaste a tu padre, me imagino que en verano con tanto pelo en el cuerpo te has de andar asando solo no?, sus manos seguían masajeando mis nalgas y mi espalda baja hasta que se perdían en círculos en las caderas -jaja, pues la mera verdad si, me gustan mucho, pero cuando hace calorón ando que bramo de tan incomodo que me siento, mire de reojo a Alejandro que seguía apoyado contra la pared y sonreía mientras miraba de mis nalgas a mi cara y de mi cara a mis nalgas, se veía que mi putita se estaba calentando imaginándome montándolo de nuevo, tenia la mania de acariciarme las caderas mientras me lo cogía y como no queriendo pasaba las palmas sudorosas de sus manos por mis nalgas eso siempre me calentaba y me animaba a meterle nitro a su culito. -Y tu que me dices Alejandro, no te da salpullido?, yo y Alejandro nos quedamos de piedra, no entendíamos como lo supo Mama entro con don Cosme el sobandero de la colonia quien venia olfateando al aire como un perro. -Pues muy bien ya veo que al menos lo masajearon con aceite de almendras. Don cosme era un hombre con muchos rasgos indígenas (ojos medio rasgados, pelo grueso un poco encanecido y largo y piel morena clara) y de alrededor de 40 años, por decisión propia siempre vestia de blanco al estilo desfile de la revolución con todo y los huaraches pero a pesar de todo tenia ese aire de hombría que siempre me ha gustado contemplar, su manera de caminar era muy varonil, muy erguido y con paso firme y pesado, su cuerpo ...
... tenia ese estilo de campesino que trabaja con bultos que lo hacia verse grueso y sus manos eran grandes y de canillas anchas. Mama también percibió el olor a aceite de almendras dulce y me apresure a contarle que si, que no aguantaba el dolor y que lo único que encontré fue aceite de almendras y que me lo puse para darme una sobada -A ver niño date la vuelta, don cosme me ordeno, en las manos traia una botella de aguas de hierberia y una pomada de no se que, mama, alejandro y don cosme estaban parados a lado de la cama y de buenas a primeras el viejo me pidió que me quitara toda la ropa, la verdad no me pareció algo raro ya que por todos es sabido que ir al sobandero es un poco como ir al doctor, inclusive alguna vez había escuchado de boca de mi apa que cuando era joven había cargado mal unas cajas en el trabajo y se le habían caído los huevos y para curarlo le habían tenido que sobar cada una de las bolas y pegarle en los talones mientras estaba acostado boca arriba, trabajo que por cierto también hizo el padre de don cosme, en mi país se da muy frecuentemente esta dolencia, a mi personalmente nunca me ha pasado pero según dicen si cargas mal un bulto muy pesado, y abres demasiado las piernas del esfuerzo se te caen los huevos, te empieza a doler uno o los dos testículos y las bolas se te hinchan como si fueran kiwis jaja, no puedes coger de dolor y hasta el caminar te duele hasta la madre. Me quite entre dolor y quejidos leves todo solo me quede con las trusas azules que me ...