1. Socios (y algo más)


    Fecha: 19/06/2018, Categorías: Gays Voyerismo Autor: pacholi, Fuente: xHamster

    ... delante de Lucrecia, pienso que se me va a reír.- Pero, tan pequeña es?- me preguntó.- Comparada con la tuya es pequeña, en especial porque la mía es muy fina, creo que menos de la mitad del grosor de la tuya.- contesté.- Comprendo lo que decís.- No, no comprendes nada, Lucrecia era virgen cuando la conocí y solo conocía mi verga, ahora sabe lo que es ser penetrada por otra verga, que además es gigante.- yo estaba exaltado.- No te apresures a los hechos Facundo, espera a ver como reacciona Lucrecia cuando tengan relaciones sexuales.- dijo tratando de calmarme.Los días pasaron y al parecer, nada había cambiado cuando tenía sexo con mi esposa, ella gemía con cada orgasmo como siempre lo había hecho. Pronto, al sentir que Lucrecia seguía disfrutando del sexo con migo, se fue la sensación de inferioridad que sentía, ante ella, con respecto al tamaño de mi pene, no era así ante Joaquín, que todo el tiempo me hacía notar su enorme bulto debajo del pantalón. Además, cada tanto me preguntaba como iban las cosas con mi esposa y no solo eso, me daba algunos detalles más de como le hacía doler a Lucrecia cuando la penetró ese día. Yo, en lugar de enojarme, me excitaba. Más de una vez, yo me tocaba sin querer mí verga sobre el pantalón, mientras mi socio, que se daba cuentas de mi excitación, disfrutaba haciéndome sentir inferior a él. Un día, hablando de ese tema…- Te tengo que confesar algo Facundo.- dijo.- Que cosa?- Cuando llegaste, ese día y viste a tu mujer chupándome la pija, ...
    ... era el segundo polvo que le estaba echando.- El segundo? Porque no me dijiste antes?- Es que, como estabas te pusiste tan mal cuando hablamos, no quise empeorar las cosas.- Dos veces te la cogiste? Porque?- Ella mi lo pidió, no me dejaba prenderme el pantalón, se puso mi pija en la boca llena de leche. Estaba como desesperada por mi pija.No pude seguir hablando, todos mis temores volvían otra vez, salí de la oficina y me fui a mi casa. Cuando llegué no podía mirar a Lucrecia a los ojos, sin saludarla me fui a duchar. Ella me trataba de hablar fuera del baño, pero yo no contestaba. Estuve encerrado por más de una hora en el baño, mi esposa por media hora golpeó la puerta, pero se escuchó el timbre dela casa y se detuvo. Salí del baño con una toalla envuelta en mi cintura, pero cuando me dirigía al dormitorio, escuché ruidos que provenían del living y cambié mi rumbo hacia allí. Cuando abrí la puerta estaba mi esposa arrodillada en el sillón, como en cuatro patas y mirando hacia mí. Detrás estaba Joaquín, que se la estaba parado y se la estaba cogiendo frenéticamente. Lucrecia me miró, su rostro expresaba dolor y mordía fuertemente un trapo, que soltó sorprendida por mi presencia. Inmediatamente comenzó a gritar y gemir, le pedía más a Joaquín.- Hay, hay, si, si, dame más! – gritaba Lucrecia.- Viste Facu? Como le gusta a tu esposa lo que le doy!- No, que me están haciendo, porque?- dije.- Perdón, amor, Joaquín tiene un pedazo tan grande, que… hay! hay!- Que yo no te puedo dar.- ...