Mi noche con aquel policía!...
Fecha: 23/06/2018,
Categorías:
Anal
Transexuales
Autor: Zweetheels, Fuente: xHamster
... mejor manera de maquillarme y peinarme como toda una mujer, por lo que ahora más que nunca puedo lucir tan afeminada como cualquier chica. Al ver finalmente mi imagen en el espejo, no pude evitar sentirme nuevamente excitada, embriagada de placer y de erotismo infinito. En esos momento siempre pensaba, ¿Habrá una mujer en el mundo que comparta con igual placer estos mismos instantes?. Empecé a sentir como se humedecía mi entrepierna, comenzaba a secretar aquellos fluidos previos a un orgasmo, tuve que detenerme y relajarme, ya que quería que apenas aquel fuera el inicio de mi gran noche de placer y, como el buen sexo, no basta con querer sentir una extrema satisfacción en los primeros momentos, ya que éstos suelen ser breves, sino dejar que poco a poco vaya madurando hasta lograr el punto del verdadero clímax por sí solo.Estaba que explotaba, me apreciaba tan femenina que lentamente me llegó aquella contradictoria necesidad de verme travestida fuera de los muros de mi hogar; para mí, ya no era nuevo atreverme a salir vestida así a la calle, ya que lo había venido haciendo desde mi adolescencia, casi desde mi niñez, sin embargo, no puedo negarlo, cada vez que quiero hacerlo, parecería que fuera la primera vez; sin más, tomé unos jeans y un abrigo, cubriendo tanto mis piernas como mi torso, ocultando a la vista mis femeninas ropas.Siendo como las diez de la noche, tomé las llaves de mi auto y el accesorio que nunca debe faltarle a una mujer, un bolso, abrí lentamente la puerta ...
... de mi departamento, pues siempre existía la posibilidad de que alguno de los inquilinos pudiera salir y descubrirme; al ver el pasillo libre, salí lo más silenciosamente posible para dirigirme a la cochera del edificio, caminando a hurtadillas, evitando en todo momento que el ruido de mis zapatillas me delatara. Ya, dentro de la seguridad de mi auto, me quité el abrigo y los jeans, colocándolos en el asiento trasero, encendí el motor, abrí la puerta automática de la cochera, salí del edificio y empecé a transitar por la ciudad.El saberme conduciendo vestida de esa manera me excita enormemente, pues al pasar cerca de algún otro auto o de algún peatón, siento cierto grado de libertad, figurándome que el mundo me acepta tal como soy, aunque al parar momentáneamente en algún semáforo o por el intenso tráfico, no logro evitar sentirme un poco nerviosa.Normalmente al conducir, no tengo un rumbo fijo, tan solo parecería que buscara dentro de todo, un sitio sin tanta gente, pues paradójicamente a querer ser admirada, el miedo a ser descubierta me embarga angustiosamente. En aquella ocasión, terminé conduciendo entre algunos estrechos callejones aledaños al conocido “Dique”, cerca del centro de Xalapa, pues ya había tenido la oportunidad de estar ahí con anterioridad y me daba la sensación de seguridad; estacioné mi coche en un sitio poco alumbrado y apagué el motor, tras quedar todo en silencio, sentí como mi pecho vibraba del miedo y la emoción; aguardé varios minutos sentada, sin ...