Desafío de galaxias (capitulo 9)
Fecha: 29/09/2017,
Categorías:
Grandes Series,
Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos
... Mientras se producía el bombardeo, dos naves enemigas, con una configuración distinta a las demás, más grandes y compactas, aterrizaron a diez kilómetros de monasterio y de ellos comenzaron a bajar largas filas de soldados enemigos. Eran de una estatura similar a la humanoide, e iban ataviados con una especie de mono ajustado de color gris oscuro, con protecciones rígidas negras. La cabeza estaba totalmente cubierta por un casco integral también oscuro. Como armamento, llevaban un rifle extremadamente largo que más parecía una lanza gorda, que una carabina. Avanzaron rápidamente por el terreno llano a cuerpo descubierto, hasta llegar a los limites de las defensas de largo alcance del monasterio. Cayeron a miles: fue una autentica carnicería. Se empezaron a oir sonidos como de trompetas y el enemigo se retiró en desbandada hacia posiciones más seguras. —Quiero ver esas armas, —dijo Opx a uno de sus lugartenientes—. Manda alguien que recoja algunas y las traiga… y alguno de los cascos… ¡Qué cojones! Que intenten traer algún cadáver. Un par de horas después, el cadáver enemigo estaba en una sala del hospital militar instalado en el monasterio. Opx hizo una indicación al médico, que con la ayuda de una enfermera comenzó a quitarle el uniforme. —Parece que está claro de donde han evolucionado, —comentó Opx mirando la piel escamona del bulban—. Parecen reptiles. —¿Qué opinas? —preguntó el médico a la enfermera. — Yo me inclinaría por los anfibios, —contestó la enfermera que ...
... resulto ser aficionada a la biología—. No son escamas de queratina, aunque lo parezca es piel. Posiblemente es un individuo joven, todavía le quedan restos de branquias. —Realicen una autopsia completa y transfieran todos los datos al mando central, — y dirigiéndose a su ayudante, añadió—. Que un ingeniero desmonte sus armas y que haga lo mismo. En la madrugada del día siguiente, la artillería terrestre enemiga comenzó a disparar por debajo del escudo de energía. Los impactos contra los gruesos muros que fortificaban el monasterio, eran terribles. Enormes masas de escombros y piedras saltaban en todas direcciones y caían sobre los defensores de las trincheras exteriores que se guarecían como podían. Dos horas después, sonaron las trompetas bulban y su infantería comenzó a avanzar lentamente, protegiéndose con los accidentes del terreno. Los puestos de avanzada empezaron a disparar con un ritmo frenético, pero inmediatamente comenzaron a recibir directamente el fuego de la artillería enemiga. Ante la imposibilidad de mantener las posiciones, Opx, ordenó evacuarlas y que se replegaran a la segunda línea defensiva. Desde allí, con el apoyo desde la parte alta de los muros, hicieron frente a las oleadas enemigas que una a una se fueron estrellando contras sus defensas. A media tarde, las vanguardias bulban estuvieron a punto de rebasar las líneas federales, pero sus defensores, calando bayonetas, salieron de la protección de la trinchera y se enfrentaron cuerpo a cuerpo con el enemigo, ...