1. Matrimonio sin complejos (I). Cena especial


    Fecha: 24/06/2018, Categorías: Grandes Series, Sexo en Grupo Autor: Ser Pïter, Fuente: CuentoRelatos

    ... sobre sus rodillas y a Natalia a su lado. Mientras hablaban él acariciaba los muslos de su mujer y la besaba detrás de las orejas, justo donde sabía que se ponía más cachonda. Adela intentaba pararle la mano pero él insistía una y otra vez. Natalia los miraba sonriente y aquella mirada hacia que Adela se excitara cada vez más aprovechándose de ello Abelardo que ya había levantado a su mujer la falda hasta la cintura y ahora le tocaba el sexo por encima de la braga. Cuando a Adela se le escaparon los primeros suspiros, su marido, rápidamente, le abrió la blusa y le saco los pechos fuera, desnudos. Abelardo lamía los pezones mientras le iba sacando la ropa a su mujer. Antes de que ella se diera cuenta estaba completamente desnuda entre él y Natalia. Llegó un momento en que Adela fue incapaz de distinguir quien la tocaba, si era ella o él pero eso era algo que ya no le importaba. Toda ella era un volcán en erupción, llena de deseo. Cuando su marido la tendió en el sofá, se desnudó por ...
    ... completo y le introdujo si miembro en su vagina, penetrándola como un loco delante de Natalia, la cual también se estaba desnudando. Natalia le puso un pecho en la boca a Adela, y está más por instinto que por otra cosa comenzó a mamar aquel pezón, el primero de su vida. Adela no pudo evitar correrse delante de la mujer que ahora le ofrecía su boca a besar. Chupó su lengua con deseo al mismo tiempo que recibía toda una catarata de semen de su marido en su interior. Cuando Adela pudo hablar de nuevo, dijo solamente: - Ahora vosotros. Quiero ver como la penetras... De esta manera tan poco normal entraron en el juego magnifico del trío. A Adela le gustaba que la vean gozar, le gusta ver gozar a su marido con otra mujer y también que les haga el amor a las dos mientras ellas se besan y se acarician. Descubriendo así en ella cierta bisexualidad pues es algo que no le repugna, al contrario, besar el sexo a una atractiva amiga, de esas que su marido lleva a casa de vez en cuando para hacer el amor. 
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