Sin dolor no hay placer - Relatos Eróticos

Sin dolor no hay placer

... me soltaron los brazos intente incorporarme pero tenía calambres en mis brazos, y casi me caigo de la camilla, Amir se río en esos momentos, yo lo mire me reí con el, ya notaba todo mi culo lleno de polla, sus huevos golpeaban mi culo, entre Paco y el peka me ayudaron a incorporarme empece a besar sus pezones eran grandes con pequeños pelos rizados a su alrededor, Amir no olía a sudor pero tampoco a desodorante, era otra olor diferente, baje mi mano derecha hacía sus huevos eran gordos y grandes ya estaban duros, sabía por su estado que faltaba poco, sabiendo lo que sabía empece a acariciar su cuerpo con mi lengua y a decir que bien me lo voy a pasar desde ahora voy a tener un macho de verdad conmigo en mi celda, empezó a correrse de gusto los embite que me daba me movían de la camilla el placer que me estaba dando era mucho mejor que los enemas y masajes de próstata del medico lo mejor fue cuando me miro babeaba saliva de su boca y nos besamos en un beso profundo lleno de vicio y deseo sexual. Ya estaba en el infierno y lo que no sabía ni Pepe ni lucifer que yo obtengo placer donde otros solo tenían dolor, pues mi conciencia estaba tranquila y ellos solo se preocupaban de sus malos pensamientos.