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Una visita inesperada
Fecha: 25/06/2018, Categorías: Infidelidad Autor: DARK, Fuente: CuentoRelatos
... aparecía en la cartulina. Tras dos tonos una voz masculina me hablo al otro lado de la línea. Me identifique y pedí que me pasase con el Sultán. Una agradable música sonaba mientras esperaba la respuesta. La nueva voz al otro lado la reconocí al instante. Era el secretario personal del Sultán. No me dejo decir nada. Simplemente me indico que era una orden directa de su excelencia y quisiera yo o no las compras que hiciese las llevarían a palacio y no me permitirían pagar nada. Enfada le dije que ya hablaría yo personalmente con su excelencia y le colgué el teléfono. Creo que soy una de las pocas personas que se atreven a decirle las cosas al Sultán sin miedo a sus reacciones. Salí del despacho y acompañada de la encargada recogí algunas bolsas me despedí dándoles las gracias por todo y me dispuse a salir del establecimiento acompañada de una de las dependientas que me ayudaba con el resto de bolsas. Caminaba airada por el comportamiento del Sultán. Cuando salí a la calle tropecé con una persona que pasaba en ese momento por la acera frente a la tienda. Perdí el equilibrio, deje caer las bolsas al suelo yendo yo tras ellas. Unas manos me sujetaron por ambos brazos y evitaron mi caída. -Perdona –dije aun sujeta por las manos del desconocido. -Lo siento, es culpa mía iba despistado –me dijo en español en lugar de inglés que es lo habitual entre los extranjeros que visitan el país. -¿Español? –pregunte en mi lengua materna. Aun me tenía sujeta cuando dos de los motoristas se ...
... abalanzaron sobre él haciendo que me soltase. No había tenido respuesta a mi pregunta cuando uno de ellos empujo al joven contra la pared mientras el otro me preguntaba si estaba bien. -¿Se encuentra bien? –se interesó sin dejar de mirar a su compañero y al joven. -Sí, no ha sido nada. Déjenlo por favor solo hemos tropezado –le dije al motorista. Ya se había formado un círculo de personas entorno a nosotros y se escuchaban las sirenas de la policía. -¿Está segura que no la atacaba? –insistió el agente. -Estoy segura. Suéltenlo –repetí al guardaespaldas cuando dos nuevos agentes intentaban poner orden y dispersar a la gente que nos rodeaba. Este hizo un gesto a su compañero y soltó al joven. Luego ayudaron a los agentes a dispersar a la multitud. Al instante todo había vuelto a la normalidad. El joven se aproximó a mí nuevamente. Uno de los motoristas iba a impedírselo pero se detuvo cuando le hice un gesto con la mano para que lo dejase. El joven se acercó y recogió las bolsas que seguían en el suelo. -Gracias –le dije cuando me las entrego. -No hay de que, siento el follón –me dijo. -No te disculpes, yo siento que te hayan tratado así –le dije mientras entregaba las bolsa al motorista– déjelas en el coche, gracias –le indique al policía. Este fue al vehículo con las bolsas acompañado de la dependienta que llevaba el resto de mis compras y ambos las depositaron en el maletero. -Solo hacían su trabajo –me dijo él sonriendo– y si soy español. -Estas muy lejos de casa –fue lo único ...