Robando Su Intimidad (2ª parte) - Relatos Eróticos

Robando Su Intimidad (2ª parte)

Me encontraba sumido en una vorágine de deseo y locura hacia esa mujer, sólo podía pensar en follaría, en hacerle sentirse poseída, usada, manoseada...Pero evidentemente no estaba por la labor de cometer ningún delito de esa índole, y ella tampoco estaba por la labor de enrollarse con un tipo anónimo como yo, así que procedí con mi segunda parte de mi truculento plan.Haciéndome pasar por ella, empecé a contactar en una página de contactos, con algunos tipos de perfil rudo, mostrando un interés por tener algún tipo de relación esporádica hasta que finalmente seleccione a tres y me centre en calentar la situación enviándoles alguna foto y contándoles fantasías en las que ellas era forzada. Conseguí convencer a uno de ellos, un maldito cretino, que quería un contacto esporádico una noche, en la que me asaltase y me hiciese de todo sin mi consentimiento. Si el tipo realmente llegase ha hacer la mitad de las cosas que dijo en sus mails era un auténtico bestia.Cuando tuve todo bien orquestado, contacte con ella con un falso mail de una conocida de ella, citándola para un evento importante y sorpresa (prohibido comentarlo a nadie) dos noches más tarde ( y sin preguntas ni llamadas o se rompería la "magia") y ante mi sorpresa coló...El tipo resultó ser ...

... un verdadero hijo de puta, una bestia parda, mucho más salvaje de lo que yo hubiera deseado e imaginado nunca... Pero me permitió captar un material increíble, en el que ella era víctima y protagonista.El tipo la asalto por detrás, inmovilizándola contra la pared del del garaje donde los había citado, amordazándola y arrastrandola salvajemente por su melena hasta un rincón, dónde le propinó dos bofetadas para serenarla y arrancó la parte de arriba de su vestido dejando sus pechos expuestos al ojo atento de mi videocámara.Sentía una mezcla de excitación pero sobre todo miedo, ante lo que está presenciando, y he de reconocer que se me encogió el alma cuando la vi gemir dolorosamente mientras el muy bestia introducía sus cuatro dedos en su vagina brutalmente. Ella sufría espasmos, posiblemente por el dolor, cuando el tipo empezó a taladrarle su coño con un puño enorme enchufándoselo incesantemente una y otra y otra y otra y otra vez.... Hasta que ella pareció perder el conocimiento.Yo estaba acojonado, no sabía cómo frenar aquello, pero mi curiosidad y excitación tampoco me permitían mover un solo dedo y cuando pensé que ya todo había acabado me di cuenta de que aquello no había sido más que el inicio, el salvaje prólogo de lo que estaba por venir