El terrible peso de la duda
Fecha: 26/06/2018,
Categorías:
Infidelidad
Hetero
Autor: Rape2, Fuente: CuentoRelatos
Me llamo Sara, tengo 25 años, y lo que ahora os contaré ocurrió hace unos años. Trataré de explicar una experiencia vivida por mi por si a alguien le puede resultar de ayuda. En nuestra vida, muchas veces hacemos cosas sin pensar y luego, cuando nos entra el miedo y el arrepentimiento no podemos dejar de pensar en lo que hemos hecho. Algo así me ocurrió a mí… Todo comenzó un fin de semana del mes de Julio de hace dos años. Ese sábado celebrábamos la despedida de soltera de Sonia, una de mis mejores amigas, la cual la conozco desde la infancia y juntas hemos compartido estudios, novios y muchas noches de fiesta loca. Al fin parecía que Sonia iba a sentar la cabeza pero antes de eso le esperaba una última fiesta. Éramos 17 chicas de edades entre 21 y 34 años disfrazadas de enfermera camino hacia el restaurante en un autocar alquilado para la ocasión. En el trayecto brindamos con cava y con chupitos para comenzar a animar la fiesta mientras le gastábamos todo tipo de bromas a la futura novia. El restaurante era bastante mono, acogedor, por no decir pequeño, pero con todo tipo de detalles y una buena ambientación. Yo ya había estado allí antes, en otra despedida, y recordaba haberlo pasado muy bien. Durante la cena continuó corriendo el cava y la sangría abundantemente y las risas se escuchaban dicharacheras aquí y allá. En el mismo comedor que nosotras había otra despedida de solteras y también una de solteros, los más escandalosos sin duda. Ellos eran unos 25 y lanzaban ...
... miraditas de una mesa a otra buscando una posible presa a la que hincar el diente. A uno de esos chicos lo sorprendí mirándome en varias ocasiones. No era feo, tampoco guapo, pero tenía un cierto atractivo en la mirada. Le sonreí un par de veces al verme observada y entonces él miraba hacia otro lado. La cosa no pasó de ahí. Poco después comenzaron los espectáculos. El primero fue el de los chicos. Dos bailarinas comenzaron a bailar insinuantes sobre la tarima al ritmo de la música, la cual estaba bastante fuerte. Poco a poco se fueron desprendiendo de sus ropas, la una desnudando a la otra, hasta quedar tan sólo vestidas con unos minúsculos tanga de color morado. Los chicos bramaban piropos y obscenidades a las dos chicas, que seguían sin bajar de la tarima. Eran bastante monas, la verdad. Una era morena, de ojos verdes y media estatura. La otra algo más bajita, con el pelo castaño claro en una melena que le llegaba a media espalda. Las dos tenían pechos grandes y una cintura de abeja de las que yo creía no existían en la vida real. Movían el culo de un lado para el otro haciendo las delicias de los chicos que casi babeaban viendo el espectáculo. Luego las dos chicas bajaron de la tarima y se acercaron a su mesa. Pasaban de uno en uno por todos ellos magreando sus tetas contra la espalda de los chicos y dejándoles acariciar ocasionalmente un muslo o un pecho. Uno de los chicos sacó un billete de 20 euros de la cartera y estirando la tela del tanga de la morena se los introdujo bajo ...