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De locura
Fecha: 27/06/2018, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
El caso es que yo estaba al lado de ella pero se volvió loca cuando se enredaron en la arena y rodaron. Sus besos eran cada vez más largos y sus manos buscaban con ansiedad sus tesoros. En un momento de calma me pidió tiempo . Quería placer y de hecho eñ otro se lo daba y a mi mestaba dando morbo. Nunca la había visto tan loca . Ni en nuestros inicios donde nos metámos mano a diario buscando con ansiedad la penetración. Ella siempre ha sido pasional, loca . De hecho había tenido una relación anterior y el otro había sido un maestro. Venía bien enseñada y me lo refrotaba de vez en cuando . Sus conversaciones picantes le han causado más de un enfado de alguna amiga por pasarse con su marido. Ha tenido tentaciones con uno de ellos , tuvieron de hecho una cita y rozaron el sexo total. El calentón fue tal que sus labios tuvieron que recibir cuidados especiales . Sus labios de la boca , no los otros ,aunque ella hubiera deseado los otros. A veces he dudado de si es ninfómana por su dedicación permanente al sexo. Lee , ve videos porno y provoca allá donde esté . En parte me he acostumbrado porque me excita ese tipo de situaciones y la veo venir. Por eso cuando me pidió calma era para ir al hotel con su chico como decía ...
... ella y saber qué era aquello de una relación interracial aunque no era muy negro , era un mulato potente que dicen que son mejores. Y allí fuimos , los dos enamorados delante y yo observando detrás. Al abrir la habitación me acomodé mientras ellos se ntretenían jugando con sus cuerpos. Iba a asistir a una peli porno con mi mujer de protagonista , lástima de no tener vídeo, fotos sí y las guarda ella . La sesión fue bastante larga , con paradas , entreactos , sonrisas pícaras y deleites carnales. Le comió uno a uno todos los sitios . Su cuello , sus orejas , sus sobacos , sus pezones y su chocho. Mucho chocho. Y a cambio ella chupaba su polla como si fuera un polo de hielo . Babeaba por mamarlo. Mi pija estaba también hambrienta y necesitó un repaso . Pero la protagonista quería más y mejor y aquello era novedoso y salvo miradas entre nosotros no hubo roces. Era nuestra última noche en la isla y me pidió que se quedara toda la noche . Al final dormí en el sofá y el señor culeando a mi santa. No conté las veces que lo hicieron pero ella me lo recordó en el avión, seis , seis , seis . En el camino de vuelta bajo la manta le palpé el chocho y me dijo que lo tenía irritado pero que lo masajeara porque tenía un fuerte picor.
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