Desvirgando a mi cuñada II
Fecha: 27/06/2018,
Categorías:
Incesto
Confesiones
Autor: shakal69, Fuente: CuentoRelatos
Como les había contado en relatos anteriores, me quede con mi cuñada al cuidado de mis hijos, debido a viajes de negocios de mi esposa. Era sábado, por lo tanto dormimos hasta más tarde que lo habitual. Cuando desperté, me percate de una leve música que se escuchaba desde el living de la casa, me levante, sin meter ruidos para ver que ocurría. La sorpresa fue mayúscula era mi cuñada que está practicando yoga, con muy poca ropa, lo que me permitió deleitarme por varios minutos de su espectacular cuerpo, sin el temor a ser descubierto, sus movimientos lentos y se respiración pausada provocaron en mi un calentura al máximo, sin darme cuenta, ya que, estaba embobado mirando, tenía el pene a mil, casi salía de mi pijama. De repente llega al living mi hijo menor, que se abalanza sobre su tía y en un movimiento involuntario de ambos le baja la polera a ella y deja al descubierto su senos, sus lindos pezones rosados ella se acomodó la más rápido que pudo, sin darse cuenta de que la había vista en toples. Así transcurrió el día, entre idas al mall y el cuidado de los niños. Al anochecer, los niños se durmieron, y quedamos los dos solo, hacía mucho calor así que ambos andábamos con poco ropa. Preparé unos tragos y nos pusimos a conversar de la vida. Yo a mil, mi cabeza pensado como poder tener eso cuerpo, pero era mucho lo que arriesgaba. Cuando de repente, una pregunta de ella cambio todo. Te gusto mi sesión de yoga? Te vi cómo me mirabas, como te excitabas y tu pene crecía con ...
... cada uno de mis movimientos. No sé qué cara puse al ser descubierto, que ella se sonrió y dijo relájate que nadie se enterara. Ese fue el instante preciso donde dejo de lados los temores y me lanzo sobre ella nos besamos apasionadamente mis manos recorrieron su hermoso cuerpo principalmente sus tetas que eran enormes, le quita la polera y el sostén, ella no puso mayor resistencia, era espectacular el momento, nos seguimos besando, yo la tocaba, por todos lados besa y chupaba sus pezones rozados y duros, mientras ella arqueaba sus espalda, por el placer que eso le provocaba. Se recorriendo su cuerpo, cuando toque su vagina, me detuvo y se reincorporó del sofá, donde estábamos. Tengo miedo y vergüenza, soy virgen mi dijo, nunca un hombre me ha tocado, solo he permitido que me toquen las tetas, nunca he llegado más lejos. No lo podía creer, era la segunda hermana que desvirgaba, y ella de 30 y tantos años, con ese cuerpo, era casi para no creerle. Me aleje y le dije que no haría nada que no quisiera, que besarla y tocarla había sido maravilloso, pero no la forzaría a más. Ella me lo agradeció y nos seguimos besando y tocando, yo solo quería penetrarla brutalmente. Entre tanto besos, le bese se cuello y algo cambio, sigue me encanta, mientras ella mordía mis hombros, era doloroso pero placentero. Ella de un momento a otro metió mi mano dentro de mi pijama y agarro con fuerza mi pene que a esas alturas estaba mojada con líquido preseminal. Sentí que ella se desmayaba, ese enorme me ...